15.7.05

Solamente quería escribir la canción más hermosa del mundo

* Para leerse con un narcótico en las venas y en neutral. Para leerse como si se leyera a sí mismo y sin hipócritas egoísmos en los ojos. Para leerse con amor por otra persona en el corazón y un dejo de locura en la rutina. Para leerse sólo si tendrá y dejará un comentario al final de leerlo. De lo contrario consulte a su médico y cierre inmediatamente esta ventana.
(En caso de ingestión accidental no induzca al vómito ni enjuague con agua. Simplemente háblele y dígale que le ama)
Cruza por mi mirada un tren interminable…vivo en el número 7, ¿la calle? Melancolía. En el lugar de hace años y antaño de la alegría, pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía y, sin tener otra cosa que hacer, en las praderas me siento a silbar, mi melodía.

Pienso en eso. En aquella. Si, en eso y en aquella, en ambos. Malditos no me sosiegan, me atosigan y me perturban. Los odio por el amor que les profeso. Los odio porque su sola presencia me derrumba y me revive. Los odio más de lo que mi corazón quisiera soportar. Los odio porque los amo.

¡Puta madre! Quiero volar. Quiero correr. Quiero saltar. Quiero...borrar. Hubo un momento en mi vida que tenía un botón sin ojal, un gusano de seda, medio par de zapatos de clown y un alma en almoneda. Un colegio de pago, un compás, una mesa camilla, una nuez, o bocado de Adán, menos una costilla,una bici diabética, un cúmulo, un cirro, un strato, un camello del rey Baltasar, una gata sin gato. Hubo tiempo en mi vida. Hoy no.
Mi Miss Simpathy, mi Gioconda, mi Wendy, las damas primero. Mi Cantinflas, mi Bola de Nieve, mis tres Mosqueteros, mi Tintín, mi yo-yo, mi azulete, mi siete de copas,el zaguán donde te desnudé sin quitarte la ropa. Y vaya que te desnudé y te dejé, ahí, sin que pudieras seguir adelante sin antes recibir el alma que te tomé prestada mientras te hacía el amor en tus pupilas, niñas de mis ojos.
Tenía mi escondite, mi clave de sol, mi reloj de pulsera, una lámpara de Alí Babá dentro de una chistera. No sabía que la primavera duraba un segundo. Maldita primavera y maldita memoria. Mi ignorancia me hizo volar sin ver lo que dejaba atrás. Solamente quería…
Moriría por presentarles a mi abuelo bastardo, a mi esposa soltera, al padrino que me apadrinó en la legión extranjera, acampada en Salamanca. A mi hermano gemelo, patrón de la merca ambulante, a Simbad el marino que tuvo un sobrino cantante. Amigo mío, no quisiera morir en tus manos. No porque las desprecie, más bien porque no son las tersas y finas manos que he imaginado en mi ultima vista. Tan sólo por eso.
I’ll die for owning a shirt against desolation. Por cazar mariposas como lo hacen los niños con granos cuando sueñan que abrazan a Venus de Milo sin manos. Por cazar mariposas que revolotean enfrente del niño que lloriquea de la desesperación de querer tomar una entre sus manos, besarla y lanzarla al vuelo. Por crear una red de pensamientos, argumentos y recuerdos con la cual atrapar las mariposas. Por meterlas y deshacerlas para mi corazón.
Conforme me ha ido viviendo la vida me libré de los tontos por ciento, del cuento del “bisnes”, dando clases no en una academia de cantos de cisne, mas bien en la de oratoria con el espejo y tipografía con tinta de corazón. ¿Qué harías tú si Adelita se fuera con un comisario?
Ahora, frente al Cabo de Poca Esperanza arrié mi bandera, si me pierdo de vista esperadme en la lista de espera; no me esperes en tu casa, no me esperen en la esquina. Si esperan que aparezca no lo haré. No quiero aparecer. Quiero ser aparecido. Quiero no volver a olvidar la lección a la vuelta de un coma profundo.
Lo que realmente me aturde y me destroza es que nunca pude cantar de un tirón la canción de las babas del mar, del relámpago en vena. La canción de las lágrimas para llorar cuando valga la pena. ¿Cuántas lágrimas han valido la pena? ¿Esa persona las recibió como rosas o como cardos? ¿Cómo regalo o como carga? ¿Con amor o desidia y egoísmo?
La canción de la página encinta en una de tantas hojas que fueron preñadas en mis viajes por el mundo, por calles solitarias y desiertos interminables. La canción escrita con la gota de tinta en el himno de los iracundos. La canción que me dicen es un error querer cantarla, aquellos que creen que ser felices es no tener responsabilidades con otro y vivir disfrutando el momento, la soledad sin amor.
Solamente quería escribir la canción más hermosa del mundo. With a satisfied mind. Procurando volverte a ver. Ahora se que no la tengo. Ahora se que no la pude escribir porque no me dejaron. Ahora se que la pluma la tengo yo, pero el papel…el papel lo tienes tú. Tampoco tuve la botella para conservar el tiempo.

Hasta que me desperté. El sueño tenía ganas de morir, como el amor que se convulsiona en terapia intensiva, mientras lucho y le inyecto atropina. Quiero soñar. Quiero poder escribir la canción más hermosa del mundo. Quiero…quiero que seamos tres.

Gracias Joaquín por prestarme parte de tus palabras y de tu canción para poder cantar la mía. Solo fue una parte.
tratando de escribir la canción mas hermosa del mundo
15 julio '05
VARGAS GÓMEZ

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