16.10.07

Y si de regresar se trata…

Podría entonces escribir de algunas cosas que han acontecido últimamente en mi vida, de los últimos meses –cinco, para ser precisos– a la fecha:

Siendo sinceros –de otra forma no tendría razón que estuviera escribiendo estas palabras– me ha costado sentarme a escribir este intento de texto. Me cuesta. Regresar a este espacio es algo que, indudablemente, deseo todos los días sin embargo son pocas, poquísimas, las ocasiones que realmente tengo para mí y la inspiración de tal forma que pueda escribir algo digno de pertenecer a este espacio y a ustedes. No es una cuestión de tiempo, es más bien una cuestión de proceder y disposición –bueno, y agreguémosle las obligaciones de pareja, léase con la novia– la que me ha arrebatado el sagrado momento de comunión que a lo largo de casi tres años ha formado este “blog” –no estoy seguro de llamarlo así– y que ha permitido que tú estés aquí leyendo estas líneas.

Proceder…

Si, sin duda es una cuestión de proceder. Mis hábitos y mis disposiciones se han visto trastocadas de lo que habitualmente fueron los últimos tres años de mi vida. Si bien llevo tres años y medio trabajando de manera formal, nunca antes un trabajo me había exigido tanto como el que ahora forma parte de mi tiempo y espacio. En Tycoon se han pasado los últimos cinco meses de mi vida, aprendiendo más de lo que esperaba, menos de lo que deseo y luchando día a día, sin embargo todo lo considero, más allá de los disgustos, malos ratos o sonrisas, como aprendizaje oportuno e invaluable. Estoy seguro que en mejor momento no me pudo tocar estar en Tycoon con los superiores que me rodean. Cada paso que doy representa, además de una novedad, un aprendizaje que no llega en el momento, más bien a la hora de recostar mi cabeza en la almohada, en ese momento en que todo se llena de tensa espera y sueños futuros y besos todavía presentes en los labios.

Ha sido toda una experiencia y una excelente oportunidad de ampliar mi red de relaciones y potenciales oportunidades laborales –futuras y por tanto nunca seguras. Así ha sido y es Tycoon. Por el momento no puedo decir otra cosa que permanezco en pie luchando día a día para abrirme camino y darle el lugar que se merece al nombre que orgullosamente porto y que mi padre me legó.

Por otro lado, ella. Siempre ella. Tormentosa, viento de primavera, marea que inunda, volcán pasivo pero nunca inactivo. Esa que siempre está, queriendo o no, pidiendo o sin necesitarlo, con esa sonrisa tan suya, tan tranquila. Su mirada siempre inquieta, buscando, preguntando en silencio. Su boca entre abierta, su piel como la nata y su respiración agitada. Ella que, de unos meses a la fecha –y de años atrás desde que entró a mi vida– ha transformado mi vida, mis costumbres, anhelos y, por sobre todas las cosas, ha abierto mi corazón, un corazón expectante y desbordante pero maltrecho por las heridas y decepciones.

Laura.

Describir lo que ha presentado en mi vida últimamente me resulta difícil…ha transformado mucho en tan poco. Sólo le puedo decir: Gracias.

Y así también a ustedes, por estar y seguir aquí. Sólo les puedo pedir una cosa: no se vayan. Participen. Opinen. Escriban. No puedo prometer pero si me puedo ofrecer a hacer más cercanos y continuos mis textos y regresos a este espacio. También a ustedes, gracias. A ustedes, a Laura, a mis amigos, a la vida. A la vida. Gracias.


Aprendiendo.

16 octubre 2007

VARGAS GÓMEZ