5.2.05

De nacos en locales

Lo más probable es que esta columna se salga de lo acostumbrado y de lo que ha sido y será la página, pero es que en verdad me gustaría comentar lo sucedido ayer ¿el motivo? ninguno en particular, o quizá...Quizá el hecho de que ayer me sentí verdaderamente "back to be teen", me sentí cómo en mis momentos más fuertes de preparatoriano, jajaja y eso es algo de recordar. Cabe resaltar que no voy a contar todo puesto que sería una columna s-u-m-a-m-e-n-t-e larga, así que me limitaré a contar lo del naco en el local.

Resulta que ayer fue la reinauguración de Bar Río y había recibido la invitación para ir desde la semana pasada, el sábado en el Big Red y dije: "total, no tengo otra cosa que hacer" -esto lo digo puesto que aquellos que me conocen saben que hace tiempo dejé de ir a antros y no estoy de acuerdo con la política aplicada por los simios de las cadenas-. Después de todo, había decidido (desde la Encrucijada 1) dejarme llevar por poco tiempo.

En fin, para no hacerla cansada: me daba vueltas a la cabeza la idea de cuánto dinero nos cobrarían por HACERNOS EL FAVOR de dejarnos entrar en su local (después de todo eso es, ¿no? un local del corte de discoteca) cuando Esponda me tranquilizó avisándome que tenía unas invitaciones y que su hermano trabaja ahí.
- "Bien" (con tono Joan Sebastian en Maracas) dije yo.
Fuimos previamente a casa de Sisniega para que de ahí nos fuéramos. Eramos 9 tipos y una niña, por cierto, novia de Sisniega, jajaja, Ale Cevallos. De esos 9 había uno en especial que siempre provoca la posibilidad de un problema, Arvizu, y por si fuera poco esa noche traía un brillo especial en los ojos y se sentía la mala vibra...Seguramente Norman Bates hubiera sentido miedo al ver a Arvizu esa noche tétrica.

Llegamos al local (jajaja así lo llamaré ahora, en vez de antro) y estaba A REVENTAR. Así en mayúsculas y todo. LLENO. Y para colmo uno de nosotros iba lisiado, jajaja, Benjamín, el hermano del Grillo. ¿Se imaginan atravesar literalmente un mar de gente, que en vez de caminar flotabas por tanto apretón, con un lisiado? Jajaja. Bueno, total, para no hacer el cuento largo, entramos. El inicio pintaba muy bien puesto que no pagué ni un peso por las invitaciones especiales de Esponda. Todo pintaba muy bien.

Alrededor de las 2:50 am yo ya me quería ir. Estaba realmente cansado, había dado cuatro vueltas al lugar pensando que me encontraría a algún conocido y nada. Comenté mi cansancio e idea a Mckaay y a Esponda que venían conmigo en la Aztek. Empezamos a recolectar el dinero. He aquí cuando vino lo desagradable: Arvizu se negó a pagar…

No es que me sorprendiera mucho, realmente me lo espero de un tipo como él, sin embargo jamás pensé que llegaría a lo que llegó. Mckaay le empieza a exigir a Arvizu que pague su cuota correspondiente ($200 puesto que había pedido el sólo una de tequila) y Arvizu dentro de su pedantería se niega. Me volteo a hacer un comentario acerca de lo desagradable y “naco” de la situación con Alejandra y Ferenc, cuando al voltear veo como Arvizu tira a Mckaay a la mesa…Ya se dieron en la madre –pensé inmediatamente–.

Pues entre cuatro agarramos a Mckaay (que había pasado de ser un furby amigable a un gremlin mojado) y otro tipo agarró a Arvizu. Cuando menos me di cuenta, en la tarea de calmar a Mckaay de no hacer algo que después de arrepintiera, unas sombras me cubrieron y cuatro de seguridad nos rodearon. ¡Aclara las cosas antes de que se ponga peor! –me dije– Y eso fue lo que hice. Comenté con toda la pena que era un problema de dinero porque uno de los “cuates” no quería pagar. Pues total que tenemos que sacar al Mckaay del local (jaja) y ahí tratar de calmar los ánimos. Después salí y entré 3 veces al dichoso antrillo para sacar a la novia de Sisniega que se había quedado y aclarar lo de la cuenta. Dios.

Total que después de 45 minutos ya nos íbamos –¡por fin!, pensaba– y a la mitad del camino hacia Loreto (donde había dejado el coche) que Mckaay se regresa corriendo junto con Fofo. ¡Dios! –pensé– Ahora que pasó…Pues que Sisniega se tuvo que meter de nuevo al maldito local a pagar no se que faltantes y Arvizu estaba ahí toreando al Mckaay y bueno. Hasta que dije: “Ya estoy hasta la madre o nos vamos o que p…o” Entre la desfachatez del Arvizu que se atrevió a pedirme aventón a su casa (sabiendo que en mi coche iba Mckaay) y que tenía frío, hambre y mucho cansancio, yo ya estaba harto. Por fin llegamos a mi coche. Mckaay todo el camino iba murmurando maldiciones e improperios (jaja) y llegamos a casa de Sisniega. Cabe aclarar que yo tenía que ir ahí no sólo para dejarlos a ellos, también para recoger el Nextel de mi madre, que lo había dejado ahí y si no lo rescataba mi madre seguro se ponía peor que el gremlin mojado. Hubiera sido un episodio remasterizado y aumentado de las batallas épicas de Godzilla contra el Kraken.

Al fin, a las 4 en punto entraba en mi casa. Me sentía no deshecho, lo que le sigue. Y para terminarla, mi panza traía un malestar bastante raro. A la fecha achaco la responsabilidad de ello a dos tragos que venían en una cápsula que me regalaron al entrar al localillo ese (¿se dan cuenta que conforme ha avanzado el relato, también ha disminuido su reputación?). Mientras me ponía la pijama me asaltan las náuseas. Dios. Sólo había tomado 2 cubas y media y me sentía increíblemente mal. Alcancé por providencia divina a llegar al lavabo para sufrir entre estertores de mi estómago y cabeza lo que unas cápsulas malignas me estaban provocando. Entre lágrimas, saliva y temblores alcancé a llegar a mi cama y ahí quedé. Un día, sinceramente, cansado…Ja.

1 comentario:

papialex dijo...

jajajaja vargas me hago de risa esta buenisimo lo que escribiste meeeen pero ya guey eso no vuelve a suceder pura madre tan buena peda para que terminara así.