14.2.07

Jorge y Josefina

- Me he dado cuenta que no puedo olvidarte y el costo que eso conlleva es el de no poder perdonarte. Quizá esto te tenga sin cuidado, lo más probable es que así sea. No me preocupa. Al final, tampoco lo sabrás…

Se le agotan las palabras, o por lo menos eso siente. Sabe que el sentimiento ahí está y ni qué decir de los recuerdos con los cuáles ha tapizado su escritorio y las paredes de su habitación. Una habitación grande y vacía, apenas iluminada con los resquicios de luz del atardecer que se cuelan por entre las persianas. Ahí está Jorge, sentado frente a su escritorio con la hoja de papel medio escrita. No se mueve, tampoco lo necesita, se encuentra en un estado casi catártico, recordando, con la mirada clavada en el papel, viendo a través de él.

No le convence el inicio de la carta, cree que podría ser un poco menos trágico, aunque la realidad es que hablar de tragedias en este momento resultaría hasta gracioso. Hace caso omiso, al igual que ella lo hizo con él. “Me importa un carajo” dice en voz alta al pensar en la posibilidad de que Josefina se sienta ofendida o aturdida; a decir verdad no cree que siquiera tenga la valentía y decencia de leerlo, después de todo, el último año y medio no ha hecho otra cosa que huir de él.

- Tristemente no puedo encontrar la forma en la cual demostrarte todo el daño que me hiciste sin un temor, por más pequeño que sea, a no volverte a ver más.

Ahí está, después de todo tenía que especificarlo. En el fondo seguía teniéndole el respeto y consideración necesaria como para justificar, de cierta forma, sus palabras y sentimientos, en un esfuerzo por que ella lo entendiera. Algunas veces se pregunta cuántas veces ella le habrá sido infiel “¿acaso aquella vez que no supiste contestar mi beso? ¿acaso aquella vez que no respondiste al teléfono, mientras tu cuarto se iluminaba sólo con la lámpara de noche y aquel hombre que después sería tu pareja momentánea se encontraba a tu lado? ¿acaso aquella vez que te miraba y tú tenias la mirada perdida?” y las preguntas pronunciadas como en murmullo retumbaban en la habitación. Aventó lo más lejos la pluma. Necesitaba descansar, despejarse. Esas preguntas tenían una respuesta aparente que lo único que provocaba era que Jorge quisiera encontrar a Josefina e increparle por una respuesta sincera ahora que todo era más nada.

Se paró y se dirigió a la ventana de su habitación. Encendió un cigarrillo y desde ahí observó el mismo jardín que tantas veces viera con ella, desnudos en la habitación. “A veces quisiera poder olvidarte para siempre ya que esa sería la única forma de poder perdonar todo aquello que me llegaste a hacer” dijo, viendo al árbol, como si éste pudiera entender y reflejar el deseo que pronunciaba Jorge entre dientes. Como si el fantasma lo pudiera entender. Una fumada y otra más.

Comenzó a recordar todas esas veces que le llamó y ella no contestó para después seguir con su catarsis y adentrarse en esa llamada que ella tomó para decirle que no le podía ver puesto que estaba ocupada con sus amigos. “In a desolation row”, se dijo Jorge mientras invocaba a la maid de Dylan, “ni más ni menos”.

Apagó el cigarrillo y se puso a buscar la pluma. A veces, cuando su molestia lo hacía llegar a la impulsividad, al pasar su efecto se recriminaba a sí mismo el haber actuado de tal o cual forma. En este caso era la pluma que, sabría Dios, a dónde había ido a parar; otra vez había sido su “perfecto, así lo quieres, así será, adiós”. Por fin encontró la pluma, curiosamente debajo del sillón de forma vanguardista que ella le hubiera regalado cuatro años atrás. Tenía que seguir con la misma pluma, para que se viera una escritura uniforme. Regresó al papel sobre el escritorio.

- Siempre que trato de encontrar una respuesta, nunca puedo llegar a un lugar en concreto. La única respuesta que me termina por abordar es que dejaste de amarme y, sin embargo, me pregunto ¿por qué? –hizo una pausa y vio al techo, se prometió que la próxima semana lo pintaría– Me destroza por dentro recordar todas esas noches en las que, estando yo tan lejos, te lloraba y te soñaba, esperando el momento en el que te pudiera volver a tener entre mis brazos.

“Siempre supe que eras capaz de aventarte al concreto armada de un popote, haciendo que el Quijote pareciera posmoderno” y el sólo hecho de decírselo a su fantasma hizo que Jorge esbozara una pequeña sonrisa.

- Siempre supe que algún día terminarías por aventar todo, aunque siempre tuve la esperanza de que yo no estuviera dentro de tus deshechos. Ahora me lamento puesto que toda la inseguridad y miedo que existen en mí se deben a ti. Llenaste mi corazón de angustia y dolor, con la insuficiencia de poder besar otra boca sin la desazón de encontrar en ella tus comisuras que tantas veces me atraparan.

Un par de lugares comunes y ya estaba lista la carta. Se quedó un momento viéndola. Siempre sentía que le faltaba algo por decir y nunca lograba encontrar qué. La firmó, la dobló de manera sencilla, todo diferente a la forma en la que ella siempre le doblara sus cartas. Se levantó. Tomó su chamarra y cerró la ventana. El cuarto se sentía tan vacío. Suspiró, pensó que hacia falta más que una mano de pintura en el techo, hacia falta un aroma y otra silueta en la cama. Salió de su cuarto y se dirigió a la puerta de su departamento y mientras buscaba las llaves de la casa arrugó la carta y se la guardó en el bolsillo de su chamarra, esperando no tener que volver a escribirla una vez más. Por fin, ahí estaban las llaves, abrió la puerta y salió.

Con un móvil de estrellas en el cuarto

13 febrero 2007

VARGAS GÓMEZ

4 comentarios:

Melissa dijo...

HOLA FLAKO!! BUENA HISTORIA MUY FUERTE CREO QUE YA TE LO HABIA COMENTADO LA INFIDELIDAD QUE PUEDE HABER EN UNA PAREJA ES UNO DE LOS ASPECTOS QUE HACEN QUE SE ROMPA LA RELACION DEFINITIVAMENTE ESAS HERIDAS, ESAS PREGUNTAS QUE SE TE VIENEN A LA MENTE DUELEN Y ME PREGUNTABAS EL OTRO DIA QUE CREES QUE VA HACER JORGE LE DARA LA CARTA O NO? Y MI OPINION ES QUE SI LA ARRUGO NO SE LA DARA CREO QUE JORGE ESTA PENSANDO VOLVER A RETOMAR DE NUEVO SU CAMINO PERO SIN JOSEFINA PARA QUE VOLVER A ABRIR ESAS HERIDAS PARA QUE ENCONTRAR UNA RESPUESTA ENVUELTA DE MENTIRAS SI LLEGARAS A HACER LA SEGUNDA PARTE YO CONCLUIRIA QUE EL NO SE LA DARA!!

MUY BUENA HISTORIA! RECUERDA QUE TE QUIERO MUCHO MI POETA

Luis Vargas dijo...

lindo comentario....muchas gracias chaparra!!! gracias por las palabras y por estar buscando siempre mis nuevas historias y querer participar en la crítica de ellas...estarás en esa próxima presentación del libro, prometido!

J. F. Santoyo dijo...

fuerte. comprometido, directo, honesto, real. Excelente trabajo el que recién he leido camarada, sigue así, sigue asi...

Con amígdalas, macho!!!!! ya somos campeones del mundo jajaja Saludos!!!!

Luis Vargas dijo...

GRACIAS AMIGO...SABES QUE LO QUE MAS LLEGO A DISFRUTAR EN MI VIDA ES ESTO: ESCRIBIR. ES UN ACTO DE SINCERIDAD CON EL ALMA, DEFINITIVO...

Y SI, POR CIERTO, A HUGO LE HACE FALTA TANTO ESO...TANTO JAJAJAJA PERO DEJALO, AHORA A VER Q HACE CON LA SELECCION, LE VA A PASAR COMO A FOX