28.1.07

Segundo aniversario

A todos los que forman parte de esto,

Hoy cumple este espacio dos años. Dos años que parecería han sido largos por la cantidad de cosas que se han atravesado en mi camino. Y no, dos años que se me han pasado muy rápido. Demasiado, por momentos, lo siento. Con todo y sus fantasmas, virus, héroes y heroinas que lo han habitado y algunos de ellos lo hacen todavía.

¡Qué mejor forma de festejarlo que con el cuento anterior, "La choza", fruto indudable de esos dos años (no porque me tomara ese tiempo haciendolo, pero sí viviendo las cosas que me permitieron crearlo).

Muchas gracias por permitirme seguir haciendo esto, puesto que así es. Este lugar no tendría sentido si uno de ustedes faltara. Mejor quemo el sitio, el servidor y le inserto un virus tremendo a los archivos, ya que de nada me serviría mi regocijo individual. Gracias por enseñarme a hacer cosas nuevas, a atreverme a decir y escribir otras más y, sobre todo, por ayudarme a construir este espacio que hoy felizmente cumple dos años de existencia.

A dos años de distancia, a tres de que empezara todo y a dos, probablemente, de que termine.
28 enero 2007
VARGAS GÓMEZ

26.1.07

La choza

Por encima de las montañas atraviesa la cuchilla de la luna, cortando todo lo que las hojas, con su fibrosa hoja, permiten. Un silencio ominoso inunda el valle, inundándolo todo, por encima de las hojas de los árboles que tapan la cuchilla de la luna y haciendo que la luna parezca de papel. De papel con borrones negruzcos.

Aunque el valle no siempre fue así, tan silencioso, antes había carpas y alguna trucha desorientada deviniendo en el lago, lugar que ahora ocupo el silencio mismo. Era demasiado terrible aún para los mismos peces que sin necesidad de orejas lo llegaron a sentir. Era el silencio que había llegado con el caer del otoño. De las dos tribus que vivían ahí, solo permanece una, la más antigua, los Saskatpewman. Ni siquiera ese silencio ominoso había sido capaz de desarraigarlos de la tierra en la cual habían enterrado a sus abuelos y que les proveía de todo conocimiento, vida y muerte. Ni siquiera el hombre civilizado había llegado hasta ese paraje, de tan difícil acceso que los marineros afirmaban que el viento con solo suspirar cortaba las velas de sus barcos, como advirtiéndoles no seguir más. Los otros simplemente fueron eso, otros, que llegaron pero no pudieron con los misterios de esa tierra y terminaron por huir a la caída de ese otoño…

Pero esa noche era diferente. Esa noche se sentía más que el silencio. La luna parecía corrugada, como haciendo mueca de espanto ante la probable tragedia que cortaría el silencio y la tierra. Era diferente. Y Powmas también lo sentía, por eso mismo había convocado a una reunión en la casa del jefe, para charlar sobre los últimos eventos y los susurros que los dioses les dejaban saber a través de las cortezas de los árboles. A lo lejos, lo suficiente como para que sólo los árboles y el silencio escucharan, un grito. Ruido. Agitación.

La choza, amurallada de pinos, se encontraba en medio del bosque. La luz del crepitante fuego era lo único que la diferenciaba del entorno. El rojo cortaba la oscuridad que sobrevivía gracias a los altos árboles que tapaban a la luna. Dentro de la choza los guerreros de la tribu, entre los cuales se halla Powmas, se encuentran rezando junto con el chamán y el jefe, el más anciano de todos, antes de comenzar la reunión, tal y como lo trazaban sus costumbres. Sólo así podían encontrar la inspiración necesaria y la comunión entre los miembros de la junta. La agitación se acerca con mayor fuerza, cediendo las ramas de los helechos y al crujir tremendo de las hojas en el suelo. Su respiración agitada se confunde con el ulular de los búhos, no se ubica con esa maldita oscuridad. Y eso viene detrás, lo sabe.

Powmas pone final al rezo con una inhalación que se transforma en suspiro. El silencio trata de entrar por la ventana abierta pero el crepitar del fuego sólo le permite rodear las paredes, cómo dejándole presenciar la reunión, sabiendo que también él es partícipe de esta situación.

Las lenguas de fuego se reflejan en las pupilas de Powmas. Su sinuoso y tentados movimiento hace que Powmas se detenga a pensar en ayeres, en fantasmas que han sido relegados a las cataratas del valle, cuando fue a regar su sangré allá. Se incorpora. Los asistentes se encuentran expectantes, a sabiendas que fue él quién convocó la reunión. Se acerca a la ventana, como queriendo ser parte del silencio y el fuego al mismo tiempo. En ese momento la puerta se abre con un violento ruido que hace que hasta el fuego detenga el crepitar por un momento.

En el marco de la puerta sólo oscuridad por un momento. Powmas se gira bruscamente para encontrar todos los ojos puestos en una puerta que tiene una marca de sangre en el filo derecho y oscuridad. En ese momento, tan sólo medio segundo después, una figura se avienta al interior de la choza, acompañada de un grito desgarrador. Powmas se lanza en pos de la figura, extrañamente conocida a pesar del enmarañado cabello y los jirones de piel por manos. La figura, caída, es levantada por Powmas, descubriendo a Emara, la hija del pescador venido a menos con el otoño. Las órbitas de sus ojos se encuentran a punto de estallar, cómo si quisieran colapsar en sus pestañas. La boca desgarrada esgrimía una tenebrosa mueca que no se distinguía si era sonrisa de alivio o expresión de terror. O quizá las dos.

- ¡Emara! – le gritó Powmas al tiempo que corría los cabellos de su cara, que se confundían con ese extraño hilo de sangre color oscuro.

- Monstruo…

- Emara, ¿qué sucedió? – increpaba Powmas

- Monstruo –era todo lo que salía de su boca, mezclado con el gorgoteo de la sangre que inundaba sus fosas nasales.

- ¿Qué monstruo? ¿Qué te sucedió?

- Mons…truo…

Fue lo último que salió de su boca antes de que entrara en una convulsión total, como si cada miembro de su cuerpo tuviera vida independiente y se agitara en direcciones diferentes para morir, casi instantáneamente, en un rictus súbito. Powmas se quedó un instante observándola mientras los demás se encontraban de pie alrededor de la choza. Como si el silencio que siguió a la muerte hubiera sido un estruendo, Powmas se levantó para tomar su hacha que colgaba de una de las paredes y de un salto alcanzó la puerta. Silencio. Uno de los guerreros se acercó a él, tomándolo por el hombro tenso:

- Powmas, déjalo. La noche ha caído de una forma inusual, será mejor que busquemos mañana…

Sin responder, Powmas se soltó de un tirón y dio un paso. Emara. La conocía desde niña, durante un tiempo inclusive había pensado en cortejarla, pero el designio de los dioses había sido otro. Emara. ¡Maldita la noche y maldito el otoño que terminó de esa forma! Con esos pensamientos en su cabeza, Powmas se volteó no sin antes atisbar por última vez a la oscuridad y tratar de entender el ruido que el silencio provocaba en su cabeza. Entró a la choza, cerró la puerta y se reclinó sobre el cuerpo de Emara que ya estaba siendo tratado por el chamán, y lloró. Lloró como no había llorado desde que supo que tenía que dejar sus sueños en pos del beneficio de la tribu y con ello abandonar también a Emara. Lloró como no le sería permitido en otro contexto. Lloró hasta que el fuego se consumió y la noche terminó. Afuera, mientras la choza revivía por la energía que tenía en su interior, unos arbustos se agitaban desde sus raíces. El búho pegó el vuelo al sentir la energía y no poder ubicar con toda la amplitud de sus órbitas, la fuente de dicho movimiento. No muy lejos, a una colina de distancia, un lobo aulla con furia y con miedo. Su aullido se confunde, en la choza, con el llanto de Powmas.

Al día siguiente, Powmas se dirigió a la choza de Emara. Apenas había despuntado el alba cuando Powmas abría con respeto y dolor la puerta que tantas veces hubiera rozado con deseo y al pie de la cual hubiera dejado flores sin remitente. Una puerta que no se abriría más desde adentro.

Powmas entró seguido de dos guerreros más:

- No me sigan. Revisen el exterior de la choza, quizá las huellas nos lleven a algún lado –espetó Powmas que casi parecía como si estuviera hablando consigo mismo, pensando en voz alta y no dirigiéndose a los guerreros.

Cerró la puerta.

La choza en verdad estaba irreconocible. Solo quedaban algunos objetos personales intactos. La madera que formaba la base de lo que en su momento fuera la cama de Emara –Emara…– estaba desvencijada y esparcida en el suelo, como si hubiera estallado desde adentro. Como si no pudiera contener más algo y lo hubiera tenido que sacar desde sus entrañas, sacrificando su existencia. Algunas piedras se encontraban regadas alrededor de la choza, como si en vez de agua hubieran llovido pedernales y no le hubiera dado tiempo a la tierra de secarse por la penumbra interna de la choza. Pero eso no era lo que perturbaba a Powmas, habría bastado un segundo para que él hubiera analizado el escenario con su perfecta experiencia como cazador y guerrero; lo que le perturbaba era algo maligno, algo indecible, algo que lo azotaba desde su corazón y que amenazaba con llevarse todo en su interior. Y no sabía que era.

No sabía que era y sin embargo lo sentía. Casi lo podía oler, casi. El silencio era tal que Powmas podía escuchar el latido enloquecido de su corazón. Ya no se oía a los guerreros, “quizá fueron a seguir las huellas de Emara”, se dijo. A lo lejos, casi inaudible, Powmas alcanzaba a escuchar el ruido de la catarata. “Qué ganas de estar en esa catarata, ¿no, Emara? como aquella vez en que te tomé por sorpresa entre mis brazos, desnuda, violentando el deseo y por lo cual me dejaste de hablar tanto tiempo”.

La sensación comenzaba a hacerse insoportable a tal grado que Powmas ya la podía oler. Sintió como una gota de sudor lo traicionaba y comenzaba a bajar, lentamente, por su frente mientras él se mantenía inmóvil. No podía moverse. Se dio cuenta que las uñas de sus manos se estaban enterrando en sus muslos y comenzaba a sangrar. Una sensación de ahogo, espanto y desesperación comenzó a inundar a Powmas que no podía reprimir la lenta inmersión de las uñas en su carne. Fue entonces cuando sucedió. Trágicamente el único que pudo atestiguar lo sucedido fue el atrapa-sueños del shamán.

Primero un ligero crujir de la madera, como si la choza llorara por saberse sorprendida, violada. Un segundo después un estruendo inundó el valle silenciando a la catarata que por un momento dejó de enviar agua al lago, temiendo que sus aguas pudieran contagiarse de ello. La choza se inclinaba hacia su centro, como si se hubiera abierto un vórtice en medio que succionara todo lo que estaba alrededor, incluyendo el olor. El atrapa-sueños se agitaba con la fuerza del viento. La choza se hundía en un abrir y cerrar de ojos, llevándose consigo todo lo que tenía dentro, la puerta, las piedras, la cama desvencijada, a Powmas.

Un segundo después no quedaba nada, ni siquiera el olor. En el sitio que unos segundos antes ocupara la choza ahora no había más que un ligero hundimiento, como si ahí hubiera pisado algún gigante perdido. Nada más. El valle se hallaba envuelto en un silencio imperturbable que sólo la catarata se había atrevido a desafiar.

El shamán se levantó, aturdido por el efecto de las plantas que había ingerido para comunicarse con los espíritus. No sabía que había pasado, pero sentía que algo había desaparecido dejando una estela que podía sentir en medio de sus huesos. Se asomó por la ventana, justo al lado de donde el atrapa-sueños se hallaba colgado, y vio…

Lo que vio fue indescriptible. Fue tal el impacto que causó en él que cayó fulminado, vencido en el suelo. Mientras, el viento soplaba y se colaba por la ventana. Extrañamente el atrapa-sueños no se movía. Permanecía inmóvil, en una posición extraña, con sus ojos y plumas girados hacia el bosque, hacia una pequeña hondonada a no más de cien metros de la ventana. Hacia ahí miraba como si algo le estuviera jalando. Llamando. Anunciándole que no le dejaba solo y que hacía falta esperar una luna más.

Colgando en la ventana

26 OCTUBRE 2007

VARGAS GÓMEZ


24.1.07

Carretera de Ledesma

Hoy me desperté recordando. Era apenas un ojo lo que tenía medio abierto y por ahí se colaban los recuerdos que llenaban mi habitación.

Tiempos aciagos fueron los que me rodearon y con ellos me levanté. Recuerdo aquellos callejones tan lejanos, más viejos que los bisabuelos de mis tatarabuelos, donde tantas veces me encontré con una botella de vino tinto. Esas largas caminatas que me llevaban de un lado a otro de la ciudad, en medio de la noche o al despuntar el día. Ese silencio que me azotaba nada más abrir la puerta. If I could. Ruidos extraños, sombras que no tenían cuerpo, puertas que se abrían solas y susurros que me despertaban en la madrugada.

Recuerdo aquellos viajes por tierras desconocidas, a través de viajes espaciales que me llevaban a cruzar ríos y montes, la silla y la cama. Mapas que no tenían sentido pero que paradójicamente me proporcionaban uno. Desiertos lunares y ciudades debajo de la tierra, crucifijos templarios y una torre que custodiaba la entrada por mar a la ciudad. Inexplicablemente en todos lados encontraba un pedazo de mí que no sabía como había ido a dar a esos y otros tantos lugares.

Recuerdo la soledad acompañada de un Fortuna en mi boca y un largo café largo en una noche invernal. Recuerdo haber deseado tantas veces cierta presencia que nunca se conjuró. Aquellas llamadas inesperadas, largas charlas que tan sólo prometían e intentaban vanamente convertirse en un puente imaginario por donde cruzaran los dragones, princesas y caballeros.

Recuerdo ese regreso tan esperado y al final tan poco deseado. Recuerdo la extranjería en mí y en aquellos lugares que fueron míos alguna vez. Recuerdo esas manos frías, sus abrazos cortos y los besos forzados. Recuerdo algunas mentiras que no he logrado borrar de mi corazón: mentiras de sangre juradas en suntuosos salones.

Recuerdo aquellas tardes que me invitaban a salir volando sin rumbo fijo. La soledad. Recuerdo la calle de la melancolía por la que ni siquiera pasaba un tranvía pero si un alma fija. Ese sentimiento que me desgarraba por dentro y que sólo yo tenía que cargar con él.

Recuerdo aquel coche tuerto. Recuerdo aquella persecución imaginaria que terminó por volverse fatalmente real para mí. Recuerdo tantas despedidas pero sólo siento una. Recuerdo esa larga travesía por el desierto sin saber por que demonios tenía yo que estar ahí.

Recuerdo las promesas, los sueños, los cursos, las clases. Recuerdo aquel encuentro en el puerto y ese revolcón en la arena. Uno sólo. Ese deseo que perversamente ha sido reprimido hasta la fecha. Recuerdo que oportunamente supe hacerme a un lado de la fuerza de esa roca que tristemente esconde un diamante en su interior pero que no puede si no yacer en el lecho del lago.

Recuerdo que me di cuenta que yo era lo que amaba no lo que me amaba (o quisiera que). Recuerdo ese llanto tan largo y tan desastroso. Recuerdo aquellos juramentos que no se hicieron válidos. Recuerdo mis recuerdos. Recuerdo el aprendizaje.

Y recordando desperté.

Recordando la carretera de Ledesma

24 enero 2007

VARGAS GÓMEZ

22.1.07

The dark is rising

I dreamed of you on my farm
I dreamed of you in my arms
But dreams are always wrong
I never dreamed I'd hurt you
I never dreamed I'd lose you
In my dreams I'm always strong

But now the creek is rising
And all my bridges burned

I always dreamed of big crowds
Plumes of smoke and high clouds
But dreams don't last for long

I have my suspicions
When the stars are in position
All will be revealed
But I know that until then
Unless the stars surrender
All will be concealed

And now the snow is falling
And all my fences torn
I know you need someone
And I can hear someone
Somewhere in this song

I dreamed that I was walking
and the two of us were talking
Of all life's mystery
The words that flow between friends
Winding streams without end
I wanted you to see

But it can seem surprising
When you find yourself alone
And now the dark is rising
And a brand new moon is born

I always dreamed I'd love you
I never dreamed I'd lose you
In my dreams I'm always strong

Mercury Rev
22 enero 2007
VARGAS GÓMEZ
p.d. mas fotos

18.1.07

La diferencia entre ser y tener

Es sorprendente como nos pasamos gran parte de nuestra vida en la lucha por el tener y pocos se preguntan las menos de las veces que tanto luchamos por el ser. No sé a cuantos y quizá no sea el tema de esta reflexión, pero estoy seguro que a más de los que puedo imaginar se les va la vida sin preocuparse, siquiera, por el ser.

¿Cuántas veces hemos luchado, deseado, amedrentado, llorado, por tener? ¿Cuántas veces por ser?

El ansia por tener hace que nos perdamos y nos olvidemos de lo que, posiblemente, se vea más trivial: el ansia por ser.

Quiero morir siendo. Quiero ser.

Siempre soñé, cuando era niño, con ser. Me pregunto qué fue lo que sucedió en mi vida que me hizo ansiar el tener. Tener dinero es más nada sin ser uno el que lo gaste.

¿Qué es más importante, tener o ser?

Me parece que de nada me sirve tener felicidad si no soy feliz. Me parece que he estado andando por rumbos equivocados y que he esperado tener sin romperme el alma para, antes, poder ser.

Quiero ser ese niño que no quería otra cosa más que ser lo que más le gustaba: feliz. Quiero ser mis sueños y no tener más sueños porque me he dado cuenta que los sueños cuando son tales siempre terminan mal. Creo que si los eres, de alguna forma, terminarán bien.

¿De qué me sirven 10 pesos si no puedo dárselos a una persona? Si con ellos no me puedo comprar un helado para los dos. Quiero volver a ser ese niño que no le importaba tener, sólo le importaba ser.

Tenerte a ti mismo siempre será, pero ser tú mismo es más difícil, no sólo por esas siluetas de dragón en la sombra de un ratón, también por que hemos creído que entre más tengamos más podremos ser. El tener puede adquirir satisfactores pero nunca comprar sentido. En la eterna búsqueda de sentido me he percatado que he vivido así.

Creo que prefiero un cuarto de azotea, trepar montañas, morir con menos inclusive, pero morir siendo yo. Sólo entonces creo que habré muerto feliz. No sé que es lo que más me gusta hacer para trabajar, inclusive creo que he perdido el sentido para saber dónde debo de orientas mis fuerzas. Pero me acabo de percatar que perderme en eso es volverme a perder en el tener. Creo que tengo que enfocarme en ser. En la medida en la que sea estaré un poco más cerca de mí. Ser lo que yo quiera, en dónde quiera, con quién quiera, siempre sin hacer daño y entregando amor.

Me entristece hasta el ala de mi sombrero caminar y escuchar a quién abre un negocio y se lamenta en lo secreto de haber elegido a ese socio, aunque el negocio pudiera ir bien. En la lucha por el tener nos hemos olvidado por ser, prostituyendo nuestra esencia. En nuestra obcecada necesidad por sobresalir con nuestro acumulado, nos hemos olvidado por apostar en lo que realmente somos, aunque nos deje menos dinero y presencia, pero si más de lo que podemos tener. Si en la ruleta de la vida me pidieran apostar mi alma y mi corazón por alguna de las dos opciones, estoy seguro que pondría todo en el ser.

Me entristece aún más escuchar a alguien que prefiere tener miedo a ser su miedo. Que prefiere abstenerse a arriesgarse a encontrarse a sí mismo. Me da mucha tristeza ver cómo se le nublan los ojitos diciéndome: “mejor no”. Me da tanto miedo escucharle y saberlo, no sea que corramos el riesgo de convertirnos en una piedra que, aunque pudiera guardar un diamante dentro, su ansia por tener le haya recubierto de toneladas de roca y amargura. Y cuando quisiéramos salir, fuera ya muy tarde.

Lo importante no es que te peguen,

si no cuánto te tienen que pegar para rendirte.

18 enero 2007

VARGAS GÓMEZ

17.1.07

Y si

¿Y si tan sólo nos fuéramos?

¿Qué pasaría si simplemente tomáramos la decisión de agarrarnos el uno al otro con nuestras esperanzas, envolviendo nuestro esfuerzo por equipaje y compráramos un boleto sin retorno?

Enfrentar las decisiones y opiniones de los ajenos, juntos, sería cosa fácil. Sería volvernos un muro inquebrantable que no encontraría oposición alguna en tanto nuestros cimientos se encuentran arraigados a nuestras almas. Aunque también es cierto que las oposiciones quizá no sean más que producto de nuestra desesperación, como la figura de un dragón en la sombra de un ratón. También eso puede ser cierto, que no haya impedimiento.

Irnos lejos.

No sé si cruzar el océano o simplemente cambiar de Estado, pero se antoja deseable. Un lugar alejado de horrores y sombras que acechan en las palabras. Nos encontramos en este espacio tan lleno de rocas y estatuas de sal que amenazan con hacernos llorar. Me desgarra la impotencia de saber que la decisión es nuestra única arma para luchar, no por qué no pueda tomarla si no por qué tú también tendrías que empuñarla.

Me queda claro también que irse no es la única opción. Podríamos quedarnos y hacer nuestras cosas y mundos posibles en este lugar; sería hermoso, sin duda, no tener que llevar nuestra tierra en un saquito de arena junto al corazón. Pero a veces te veo como mirando al horizonte y me pierdo yo también en esa dirección. Y me da por preguntarme: ¿y si?

Sabemos que eso no es lo realmente importante, bien podría ser un cuarto de azotea o un loft en Sant Pol, siempre y cuando te besara por las mañanas y tú me aferraras por las noches.

Pero hasta que ese día no llegué no tenemos más remedio que aguantar. Sigue siendo un relato inconcluso. Luchar porque nuestros sueños y el destino se cumplan y formarnos en esa larga fila que espera para que la taquilla se abra. Y luchar, luchar por un proceso que es parte de un círculo existencial que no termina de cerrar.


What if, Miss Stone?

16 enero 2007

VARGAS GÓMEZ

15.1.07

LA MAMADA DEL MES

Jajajajaja, por favor, señoras y señores, jajajaja, con ustedes, jajajaja, la mamada del mes:



Ustedes disculparán, pero esto es parte de la diversidad que ofrece este espacio.
Salud,

15 ENERO 2007
VARGAS GÓMEZ

By my side

Muy mal fin de semana. No haré un relato de esto por respeto a mis amigos, pero baste con decir que Aldo lo terminé llevando al hospital por que tres jotos de mierda lo golpearon cuando estaba solo. Todo en esta vida se paga, baste decir. Largo, largo fin de semana que me llevó al día siguiente y con sólo 3 horas de sueño a manejar hasta Popo park y estar ahí hasta las 6 pm y llegar a México a las 10 pm. Muchas dudas respondidas pero otras más que llegan a mi cabeza.

Mientras, les dejo esta canción-diálogo que siempre me ha parecido muy interesante (tengo que terminar mi tesis):


BY MY SIDE

[JEAN PAUL SARTRE]
Where are you going?
Where are you going?
Can you take me with you?
For my hand is cold
And needs warmth
Where are you going?
Far beyond where the horizon lies

[SOCRATES AND JEAN PAUL SARTRE]
Where the horizon lies
And the land sinks into mellow blueness
Oh please, take me with you
Let me skip the road with you
I can dare myself
I can dare myself
I'll put a pebble in my shoe
And watch me walk (watch me walk)
I can walk

[CHORUS]
I can walk!

[SOCRATES AND JEAN PAUL SARTRE]
I shall call the pebble Dare
I shall call the pebble Dare
We will walk, we will talk together
We will talk

[CHORUS]
About walking Dare shall be carried

[CHORUS]
And when we both have had enough
I will take him from my shoe, singing

[CHORUS]
"Meet your new road!"

[SOCRATES AND JEAN PAUL SARTRE]
Then I'll take your hand
Finally glad

[CHORUS]
Finally glad

[SOCRATES AND JEAN PAUL SARTRE]
That I am here
By your side (By my side)

[SOCRATES AND JEAN PAUL SARTRE AND CHORUS]
By your side (by my side)
By your side (by my side)
By your side (by my side)
By your side (by my side)

[JUDAS (Matt. 26:14-16)]
[spoken]
Then the man they called Judas Iscariot
Went to the chief priests,
and said "What will you give me to betray
Him to you?" They paid him thirty pieces of silver.
And from that moment,
he began to look out for an opportunity
To betray Him.


Gracias.

14 ENERO 2007
VARGAS GÓMEZ

11.1.07

QUID

Tomás, ¿por qué Teresa y no Sabina?


¿Qué es eso que nos enfrenta a nosotros mismos cuando no sabemos adonde ir?

¿A qué se debe esa extraña ensoñación que nos aqueja en lugares que alguna vez fueron nuestros?

¿Cuál es para el alma la diferencia entre un sueño y una pesadilla?

¿Por qué el egoísmo pesa más que el arrepentimiento?

¿Por qué hablas con alguien que tiene mucho tiempo que no ves, como si lo hubieras visto ayer?

¿A qué se deben las invocaciones y las causalidades?

¿Por qué a veces ver ciertas nubes hace que se te nublen los ojos?

¿Por qué algunas canciones se vuelven innombrables?

¿Por qué la libertad sólo viene con la esperanza o con la ignorancia?

¿Por qué no amarle, cuando sabes que es la mejor persona para ti?

¿Por qué nos dejamos vencer al destino y a lo que los demás pensarán?

¿Por qué a veces creemos que es tarde o que terminó un ciclo?

¿Quién lo dijo?

¿Por qué será que nos hacemos daño, de vez en cuando?

¿Por qué es tan difícil sentir el dolor del otro?

¿Por qué las partidas permanecen, de vez en cuando?

¿Por qué las risas se vuelven eco cuando la persona se va, pero los llantos y los silencios se vuelven olores y sabores?

¿Por qué el preludio del amor es un: no consigo olvidarte?

¿Por qué el epitafio del amor es un: no consigo olvidarte?

¿Por qué los fantasmas no tienen sombra pero sí figura?

¿Por qué mi corazón, de vez en cuando, se siente tan mal?

¿Por qué no nos podemos transformar en águilas y echar vuelo, hacia esa montaña?


Por…

11 enero 2007

VARGAS GÓMEZ

9.1.07

Reggaeton

Recibí el siguiente mail y, para mi sorpresa, comenta lo mismo que yo he llegado a comentar de este pseudo género "musical". Varios de ustedes me habran escuchado comentar lo que a continuación se menciona, al igual que los comentarios muy parecidos sobre las bandas norteñas como "Cuisillos" y esas...madres.


EL REGGAETON
Los videos muestran 4 cosas:
1. El trasero de las mujeres.
2. Las tetas de las mismas.
3. La entrepierna de ellas.
4. Un auto lujoso conducido por el "cantante".

- Visualizaciones:
Mujer: Objeto sexual.
Hombre: Se le ve como un "Eyaculeitor".
Las canciones tienen referencia a un "eyaculeitor" que se mete con todas las viejas que quiere, por supuesto ese tal "hombre maestro" es el cantante (como sí así fuera en la realidad jajaja y normalmente es negro y feo, perdonen mi pleonasmo)


- El baile:
se pueden diferenciar 2 tipos:
1. El Solo: un idiota mueve sus manos para todos los lados (gran idiota) y cada cierto tiempo se agarra sus "partes intimas" (huevits) como si se le fueran a caer.
2: La "seductora" (un hombre y una mujer, también se vale 2 hombres o 2 mujeres, etc): Una mujer baila como puta y un hombre hace como si se la "violara" con ropa (jajaja).

Señoras. Señores. Por favor, dejen de escuchar esta porquería (y de paso el hip-hop). Además, por si fuera poco, el ritmo es idiotizante, aburrido y te ves como pandillero en tu coche, jajajaja (que tal mi estereotipo jajaja). O, también, no lo pongan si yo voy en el coche ¿Saben que es lo más curioso? Que hay muchas mujeres que escuchan reggaeton y que, encima, les gusta...

Una columna para salir de lo acostumbrado.
VARGAS GÓMEZ

7.1.07

Lamentaciones de un segundo a un tercero

Le sucede que se encuentra vestigios y todavía provocan asombro en él. Todavía le sucede que, si se encuentra con alguna fotografía nueva o alguna persona desconocida al lado de ella, le provoca un ligero malestar que no logra identificar.

La razón no la logra identificar y es probable que no lo logre hacer jamás. Quizá tampoco lo quiera hacer y prefiera enterrarla en el salado olvido.

¿Qué será de su camino? ¿qué será de su existir? –se pregunta al pensar en ella. Son preguntas cuyas respuestas no logrará encontrar. Sin embargo lo más tremendo es que ella no sabrá tampoco ¿hasta dónde habrían podido llegar? y ¿por qué ya no esta con ella en ese instante en que las gerberas huelen a miel?

07 enero 2007

VARGAS GÓMEZ

1.1.07

Adios 2006


Vaya cierre de año.

Relatar, como estamos acostumbrados a, esta serie de eventos que se sucedieron desde la semana pasada hasta hoy en la madrugada que terminó el 2006, sería una labor titánica e infructuosa, ya que quedaría un relato tan largo que sería inviable leerlo en la pantalla de la computadora. Así pues, me dedicaré a hacer una serie de recuerdos y, por qué no, una que otra cita memorable. Antes de empezar quisiera ofrecer una disculpa por no contestar las llamadas durante 5 días, pero dejé mi celular en mi casa cuando salí a Veracruz; ya devolví algunas y contesté todos los mensajes que me enviaron. Ahora si:

- Me fui a Acapulco con mis padres y hermana, terminar de arreglar la casa era la premisa. Y lo terminamos. Yo iba con una gripa de los mil demonios y, encima, con el estómago SUMAMENTE revuelto. Llegamos el jueves y no hice otra cosa más que guardarme en la casa y medicarme para estar listo para lo que me esperaba el fin de semana.

- El viernes nos fuimos Grillo, mi hermana y yo al Carlos ‘n Charlies. Tranquilo. Una yarda él, una yo y a dormir –a las 5:30 am jajaja–. Ese día o más bien noche recibí una llamada inesperada y sumamente curiosa. Casualidades de la vida.

- El sábado fuimos a Barra Vieja, donde tuve que cumplir con mi solidaridad hijo-padre y me puse a volar sus papalotes aerodinámicos (cuando yo quería estar echado o, por lo menos, remojando mis barbas en el mar). En la noche nos fuimos al Alebrije: Grillo, Capi, Mario, Gogo, un cuate del Capi y Yo. La cantidad de alcohol fue infame. En verdad, señoras y señores, esta juventud está perdida, jajaja. Se compraron una botella de Buchanan’s, una de Absolut Raz y la fabulosa de cantidad de 4 (si, cuatro) botellas de Moet… ¡¿alguien me puede explicar este exceso?! Dicho esto, ustedes se podrán imaginar la cuenta (en el Alebrije de Acapulco, más el cover) y lo inconcientes que se volvieron todos. Todos.

- “…no quiero mmmutar…” Eso me decía el Grillo afuera del Alebrije a las 5 am y yo pensaba en Gregorio de Kafka y temía que Grillo realmente se convirtiera en un saltamontes, con lo cual no hubiera vuelto a tomar champagne en mi vida. En realidad, lo que me decía Grillo era que no quería vomitar, lo entendí después, cuando se tambaleaba atrás de una suburban gritando que iba a mear a la mamá de no sé quien…jajajaja.

- “…je je je, Vargas, sé que estás vomitando, ni pedo, pero prrréstame para unos taquitos”. Mientras yo estaba echando todo el mal que llevaba dentro de mí, el Grillo parecía no importarle y se paraba a mi lado pidiéndome dinero: “yo..mfff…no trrraaiggfo….pfffff….efffectivooooo..uaaaaggggg” –le respondía yo a su vez. Carajo, maldita impaciencia, ya ni vomitar lo dejan a uno.

- “eso es para mear a su mamá” Grillo, refiriéndose a la madre de algún pobre incauto.

- “jooooven, ni se mueva, ahí ‘pérese” le gritaban los polis al Capi que estaba pintando la pared con las manos arriba, jajajaja, y ni tiempo de subirse la bragueta le dieron. Minutos después ya lo dejaron irse, no sin antes pedir para el taquito, el coco, la navidad y su calaverita…en vez de buscar borrachos que busquen a los que andan cortando cabezas.

- “¡Otra más!” gritaba yo cuando ponían la cuarta botella de champagne en la mesa. Sé que no estoy siguiendo el orden cronológico ahora con esta cita, pero en verdad me produjo un shock enorme…y supongo que a las viejas de atrás también, porque a los minutos ya había una orda de trepadoras en nuestra mesa que se estaban comiendo a Grillo y a Mario, mientras Capi y yo apostábamos para ver que tenían, si cáncer en la cola (según Capi) o moluscos en la lengua (según yo)…no lo sé, pero algo tenían. Y no lo iba a averiguar.

- “ya vámonos a la chingada” murmuraba en un tono neutral, con una seriedad en el rostro al ver a seis trepadoras nuevas que atestaban nuestra mesa. El Grillo notó el tono y prefirió irse también. Les dejamos las trepadoras al Capi y a su cuate.

- “Aguaaaa benditaaaaa” gritaba el Grillo rociando los coches con lo que quedaba de la botella de Absolut. Y, segundos después, aventaba la botella de Moet a una esquina mientras gritaba “laaamaaaaaaan”. Mala sopísima, jajajaja.

- “Pfffff” y el escupitajo del Grillo tomaba un rumbo erróneo jajajajajajajajajajajaja.

- “No mames, Vargas, estoy bieeeen pedoooo” jajajaja me juraba Grillo en mi camioneta, afuera de su casa. Yo hacía cara como si no lo supiera y estuvimos 10 minutos ahí, negociando su salida de mi camioneta sin que la guacareara, madreara a los transeúntes y se metiera a su casa.

Al día siguiente me regresé a México y me sentía verdaderamente fatal. “no me mires, no me mires, no me no me no me mireees” sonaba en mi cabeza. Por fin llegamos a México y me arreglé para ir a festejar el año nuevo en el San Angel Inn con toda la familia de mi madre. Al inicio todo super fresa pero después pusimos el ambiente. Me vestí de show “solo para mujeres”, saqué a bailar a unas cotorras por ahí, jajaja, canté con micrófono y todo, me vestí de Danny Zucco y bueno, un super desmadre al final.

Eso fue todo, sumamente resumido. Hoy estoy muy cansado, después de dos semanas tremendas. Necesito descansar seriamente y eso me propongo a hacer. Mañana a seguir buscando trabajo, jajaja.

Les deseo a todos un feliz año. A la gran mayoría le hablé o le mandé un mensajito. En verdad espero que este año venga con mejores bríos que el anterior. Se les quiere y les deseo mucha salud y bendiciones.

FELIZ 2007.

01 enero 2007

“que si eres spanish ni un vaso con soda”

VARGAS GÓMEZ


P.D. acabo de subir muuuuchas fotos, ahí chéquenlas.