It's raining maaan

Catorce fotos publicadas.
Dos post creados.
Reencuentros con personas que hace tiempo no veía.
Piropos al por mayor (es que me veía muy guapo, jajaja, es broma).
Borrachos en barata.
Dos cumpleaños.
Empate del América y Pumas eliminados.

Ese fue el saldo que arrojó el fin de semana. El viernes fue cumpleaños de Roxana (realmente fue el miércoles pero lo festejó el viernes) y lo celebró en el Soul. El problema con este tipo de "festejos" es que todo mundo termina celebrando a cualquiera, menos al festejado. Las celebraciones de cumpleaños deben de ser más íntimas. Más selectas. El viernes se pusieron mal, se fueron sin pagar -tristemente me incluyo- y nadie festejaba a Ro. Si, lo acepto, me fuí sin pagar. Pero no fue intencional y eso es por bien sabido. No soy de esa calaña. No tengo la necesidad. Me siento avergonzado, se me barrió y cuando me acordé ya estaba en mi casa...Realmente no me acordé, me llamaron para "recordarme". El problema fue la manera en la que me llamaron y que esa persona haya pensado que lo hice a propósito. Por Dios. Como si no me conociera. Al final todo solucionado. El sábado apenas empezaba.

Me desperté temprano para ir a la cita de revisión con el doctor. La fiesta de Esponda comenzaba a las 6 pm. ¿Mi pareja? Mi hermana. ¿Qué mejor pareja puedo tener? No me va a pedir nada a cambio, ni voy a gastar en ella y se que, pase lo que pase, terminaremos por regresar juntos, jajaja, la compañia ideal cuando no está la novia. Total que nos vamos para allá. Empieza a llover. Mi hermana se mete corriendo a la camioneta y después no quiere salir, como si el agua la fuera a deshacer en una parodia del Mago de Oz -hermana mía, el agua no es tóxica, en verdad, es mejor que el maquillaje, jajaja-. Llegamos a casa de Esponda entre la lluvia (¿han notado que no ha dejado de llover en 4 días?). Ya nos estaban esperando. Se notaba un olor peculiar en el ambiente. Olía a alcohol. "Dios mío" pensé, "Adonde he traido a mi hermana"...
Muy tarde.
Todo iba muy bien. El raspberry se esfumó. Los coctelitos hicieron su aparición. Mi hermana se asustaba cuando veía a Arvizu -¿ese es el que vende y consume droga?...siiiii- y yo contaba chiste tras chiste. Jajaja, impuse record, una hora entera contando chistes. Edubijeeees.

Asi estaba todo cuando el demonio hizo su aparición. Si, y eligió la forma de los dados para presentarse en la fiesta. Para esto, cuando empezaron a jugar cubilete la mayoría de las niñas ya se había ido (se habían asustado, seguramente, pensando que en cualquier momento el volcán de feromónas estallaría). Quedaban 3 niñas, una de ellas mi hermana, la otra, Ale, novia de Sisniega y la última no se quién era. Desapareció poco tiempo después. Yo no quitaba un ojo de mi hermana, necesitaba los 5 sentidos para cualquier incontinencia, jajaja. Mckay empezaba a sufrir una transformación. Aquel extraño brebaje dejaba entrever que la transformación de Dr. Jekyll a Mr. Hyde ocurriría en poco tiempo. El tiempo pasó y, no se cómo, de pronto me ví posando bajo un paraguas, jajaja, protegiéndonos por si empezaban a llover hombres, jajajaja, portegiéndonos de la mala suerte. No, no, no.

Los dados volaban y al mismo tiempo el caballito de tequila. Terminé entrándole al quite. Después de 5 caballitos decidí dejarlo. Tenía una hermana a mi lado -sustituyendo la idea de novia, jajaja- y una camioneta esperándome. Me voy a sentar al sofá. En eso estaba, platicando con Sisniega y Ale sobre las relaciones duraderas, el amor, el Tec -¿qué demonios tenía que ver el Tec con el amor?- cuando de pronto se escucha la risa de mi hermana. Pero no era una risa normal; era la risa de nerviosismo y alegría que saca cuando empieza a burlarse o a ganarle a alguien. Carajo. Volteo. Cual va siendo mi sorpresa cuando me percato que mi hermana estaba ganándole a Mckay un ONE on ONE en cubilete. Mi hermana -con ese apellido Vargas en la sangre- estaba poniendo pedo a Mckay. Tome asiento luego luego en la barra. Mi hermana me preguntó si podía seguir jugando a lo cual le respondí con un: "¿Tú quieres?" Su respuesta: Sí. Mi respuesta: "Ni modo, me las tomo por tí"....
Jajaja y que sigue ganando. Mckay ya sacaba la lengua, se jorobaba y dejaba relucir su rosario afgano oculto entre la maleza de su pecho. Gritaba improperios -nadie entiende lo que dice Mckay cuando esta borracho. Mckay, señoras y señores, perdía la razón y la compostura. Jajaja y mi hermana inexplicablemente iba ganando todas.
Al final perdió dos que tomé yo de acuerdo al trato. No iba a permitir que mi hermana se tomara esos caballitos asesinos que ya habían matado a Mckay (mi hermana es de esas pocas mujeres que quedan que no fuma ni bebe).

-Ni una más –dije.
-Kiomo nioooo –gritaba Mckay. Mes fale madres…Shigue gugandooo.
-No, Mckay. Y eso fue todo

Después de eso me puse a declamar. Sorprendentemente me puse a declamar en una reunión así. En eso estaba, besando el aire mientras estás como distante, en la noche estrella en que no está conmigo pero que importa, si los hombres son hombres aunque no estén ondulados (combinación de tres de los poemas que declamé). Repito, en eso estaba cuando escucho aullidos. Salimos y Mckay vomitaba en el jardín de Esponda. Jajaja, Sisniega salió corriendo a limpiar las instalaciones, jajaja. Manguera en mano empezó a mojar todo. Dionisio, el dios del vino, ya se había apoderado de la mayoría. Mckay corría por el jardín persiguiendo a Esponda mientras éste saltaba. Mckay corría, Esponda saltaba. Empezamos a tomarnos fotos, Sisniega trataba de hacer silencio y Mckay había sido transformado de Mr. Hyde en un bisonte. Yo realmente me partía de la risa de la escena que presenciaba. Mi hermana no sabía si reirse también o esconderse con Ale en la esquina del jardín. Jajajaja. Al final Mckay fue domado. Le ofrecimos carne y aceptó. Esponda se quedó en su casa mientras los demás emprendíamos el viaje rumbo a los mejores tacos de costilla, los de El Negro.

En el trayecto pasó de todo: banquetazos, vomitadas, enfrenones. Bueno, nada más faltaba que Mckay se transformara en vampiro. Llegamos a El Negro –me encanta ir a comer ahí. Estacioné la camioneta. Me bajo, ayudo a mi hermana a salir y en eso veo pasar el coche de Fofo con Mckay sentado en el asiento del copiloto. Cual va siendo mi sorpresa que el coche de Fofo contaba con una nueva decoración estilo Art Nouveau en la puerta de Mckay. Toda vomitada, la puerta adquiría un tono arena. Jajaja. Mckay iba con la mirada perdida, pero sonriente. Perdido, pero sonriente. Jajaja ese Mckay. Nos bajamos todos.

Pedimos 7 órdenes de costilla mientras le pedían el autógrafo a Fofo, no porque estuviera guapo si no porque lo confundieron con Ramos Rizo, jajaja. Mckay dejó media orden de costilla sin comer y tuve que subirlo al baño a que sacara el demonio que llevaba dentro. Al final cada quién para su casa. Hoy pegué 14 fotos nuevas, veánlas. Sigo esperando respuesta mi cuestionario 2. Por cierto, gracias a aquellos que estuvieron pendientes a lo de El rival más débil. Hoy tuve que ver una película sólo ya que nadie quiso acompañarme en mi casa a verla...Mmm no importa, después no pidan algo a cambio, jaja.