Del inconveniente de enamorarse (y de amoríos imperdonables)

Porque hay amores prohibidos que resultan ser eternos.
LBVG

Del inconveniente de enamorarse se trata nuestra vida. Hay amores prohibidos. Hay amores eternos. Hay amores prohibidos que resultan ser eternos.

How I wish, how I wish you were here. Si, así dice. We're just two lost souls swimming in a fish bowl. Enamorarse nos presenta un inconveniente duro de enfrentar. Enamorarse implica idealizar al otro, atribuirle toda esa serie de características de las cuales nosotros carecemos, deseamos, anhelamos. Enamorarse es el primer paso de nuestro largo peregrinar por cerrar nuestra fractura, por solventar el malestar que acarrea el sabernos finitos.
Enamorarnos es el antecedente de la primera lágrima. Enamorarme es prepararme para besar tu dulce nombre en mi boca.

‘Cause all I need is you. Podría mencionar una cantidad interminable de citas de canciones que cantan a eso, al enamoramiento. Al inicio de un ¿probable? amor. Pero es todo lo que traigo dentro de mí. Hacía tiempo que no sentía esto en mi corazón. Había estado librando una batalla encarnizada entre facciones discordantes y acérrimas, ambas se peleaban por la posesión de mi corazón, dejándome a merced de la ganadora. La facción ganadora resultó ser la que yo apoyaba: el amor. Me siento vivo. Me siento feliz. Me siento emocionado. Me siento enamorado. Del inconveniente de enamorarse y adentrarse en el terreno de los amoríos imperdonables.

Me libré de miles de ovejas que saltaban en mi almohada, tratando de robarme las estrellas del sueño. Afronté una multitud de batallas de frente y enfrente de ejércitos sin nombre y sin bandera. Quería cantar la canción de mi corazón, la canción del amor. La canción más hermosa del mundo diría uno, la canción de los labios partidos diría otro.

A pesar de que sé que enamorarme me representa un serio peligro para la salud, dejaría de ser un loco romántico si me negara a ello. Después de todo, enamorarse son las mieles en medio del páramo nevado de algún paisaje lejano. Después de todo no vivimos dos veces. Una vez y no sabemos que pasará.

Me he encontrado con muchas personas que me “aconsejan” que deje pasar el tiempo, cuando la otra persona crezca más –siempre bajo el pretexto de que, según, yo ya estoy mucho más maduro-, para que funcione…Me he preguntado a mí: ¿cómo saber cuándo es el momento sino hoy? Me he encontrado personas que maquiavélica, perversa y obtusamente diseñan el futuro con otra persona sin siquiera tener a esa otra persona al lado; que dicen que en un tiempo (meses o años) estarán juntos y serán “el uno para el otro”. ¿Cómo puedes asegurar eso? ¿Cómo puedes llegar a planear eso? Y ¿si antes te mueres, se muere? Si cuando tú te decidas que ya es momento para la otra persona –porque casualmente no dicen que es momento de ellos sino de la otra persona- ¿ella/él ya está con otra persona?

Siempre he creído que el futuro es hoy. Si bien enamorarse es alejarse del hoy para echar raíces en el mañana, uno de los inconvenientes de enamorarse es no hablar y arriesgarse a crear la canción más hermosa del mundo: a dueto. Puede ser que no sea más que una ilusión, pero prefiero vivir de una ilusión que de fardos de espinas a cuestas; por que la inspiración no es más que eso. Inspiración. Cantemos a dúo la inspiración.

No creo en fórmulas, no creo en paradigmas. No creo en dedales al dedo, no creo en planes exactos para hogares perfectos. No creo en amores imperfectos ni en amantes a sueldo. No creo en reglas para vivir ni vidas para medir. No creo que haya momentos para amar, no creo que haya momentos para enamorar. No creo que haya un momento para ti y para mí que no sea éste que estamos viviendo. No creo en un mañana sin un hoy. No creo en un hoy que no haya sido cimentado en un ayer.

No creo en muchas cosas. Pero si creo en ti. Creo en ti y en mí y con eso me basta. Hoy que me siento revivir te agradezco haber entregado luz sin habértelo propuesto y sin siquiera saberlo. Otro de los inconvenientes de enamorarse es que no nos damos cuenta que la otra persona vive sus inconvenientes y no se percata de lo que está detonando.

Del inconveniente de enamorarse se trata nuestra vida. Hay amores prohibidos. Hay amores eternos. Hay amores que un tercero nos impide amenazando con perder la amistad. Hay amores prohibidos que resultan ser eternos. Yo quiero los amores prohibidos que terminan como eternos. Yo quiero que nos tilden de prohibidos, imposibles para gritar en la imposibilidad de nuestro amor, nuestra vida. Yo quiero un amor prohibido, que mate nuestras entrañas, que te mueras por mí para yo morirme contigo ahí.

Hoy yo quiero tenerte aquí, a mi lado. Y tú ni siquiera te enteras. Probablemente ni sepas que es para ti estas palabras de loco enamorado. Probablemente pases desapercibida o pretendas deducir, jugar con mi inteligencia, atribuyéndole la dedicatoria a otra persona. Es para ti. Tengo tu fresco recuerdo a mi lado. Todavía huelo tu perfume en mi ropa. Todavía te leo en mi hoja. Todavía siento tu vista que pasa como un huracán.
Después de todo no es más que escribir después de hacer el amor, aunque mis manos no te hayan tocado, pero mis ojos se hayan ido en ti. Eso es el enamoramiento.

Se me presenta este enamoramiento que me recuerda al amorío imperdonable. No me importa, no me lo perdono ni quiero que me lo perdones. No pretendo que entiendas todos los desvaríos de este loco que todavía vive y cree en el amor. Sólo pretendo que te des cuenta que es para ti y me lo hagas saber.

Enamorado. Esperando que te des cuenta 12 septiembre 2005
VARGAS GÓMEZ