-No respondas, escóndete en la trinchera
-He respondido demasiado. Solté bombas tremendas. El enemigo se asustó. Yo mismo me asusté.
- ¿Qué quería el enemigo?
- Creo que causé demasiado daño en el enemigo, cuando sólo lo quería ahuyentar… No sé que quería, no le pude preguntar. Causé mucho daño. A mi mismo...
Se levantó y me tocó el hombro demostrando que compartía el dolor que me causaba y me causaban
- Sólo quería… –dije- Sólo quería que no me hicieran daño… Y le hice demasiado daño.
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