Sin caricias y con labios partidos

"Creer en lo que nunca vimos, eso es la fe.
Crear lo que nunca veremos, es la poesia."
Gerardo Diego

Cadáveres exquisitos que vuelan en mi mente,
revoloteando tras el olor de la melancolía
y es que se encuentran tan solos
que se desvanecen súbitamente.

Las preguntas inundan el papel,
menoscaban mi tesón,
ennegrecen mi espíritu
y entorpecen mi razón.

Todo empezó como un simple juego,
azar entre corazones
donde la regla dice: ninguno sale limpio,
todos entran con pasiones.

Cadáveres exquisitos que vuelan en mi mente,
sobrevolando a la pista de la melancolía.
Y es que nos encontramos tan solos
que amenazamos con desaparecer súbitamente.

Escúchame como quién escucha la lotería,
con el boleto en la mano,
temblando por qué crees que es mentira,
tragando saliva fría.

Escúchame cómo si fuese el último número,
cómo si tomases todas tus esperanzas,
dudases un momento, pero
las cifrases en mi, de nuevo.

Cadáveres exquisitos que vuelan en mi mente,
Devorando la melancolía,
Y es que nos quedamos tan solos
Que caminamos estrepitosamente.

¿Porqué te apareciste en mi vida?
Tú ibas sin pena ni rumbo,
Entregada al peso de tu propia nimba,
sin temor, ilusionada con el día a día.

¿Porqué me cruce por tu camino?
Yo corría, ciego y admirado,
impulsado por el sueño de la levedad,
con temor, pero viendo el camino ilusionado

Cadáveres exquisitos que vuelan en mi mente,
regurgitándose ellos mismos,
y es que llegamos tan solos,
que tememos volver la vista injustificadamente.

Me quede contigo y sin mí,
te quedaste conmigo y sin ti.
Nos recreamos el uno al otro,
nos pusimos nuevos nombres en el rostro.

Entre caricias y abrazos,
suspiros y gemidos,
sudores y latidos,
miradas y labios partidos.

Un día el abrazo no recibió caricia,
el gemido no fue acompañado de un suspiro,
no hubo muchedumbre de latidos
y tu mirada no provocó un labio partido.

Cadáveres exquisitos que abandonan mi mente,
temiéndose ellos mismos,
ahuyentados por las preguntas
y llorándote inútilmente.

creyendo, creando, creciendo, contando. 27 junio '05

VARGAS GÓMEZ