Estertores en el estómago. Me volteo. Estoy sudando tanto que parece que acabara de salir de la regadera. Dios. Me paré. Fuí directo al baño y empecé a vomitar. Así empezó mi día, ayer a las 8 am. Cabe resaltar que no pude pegar ojo sino hasta las 5 am...Que bonito.
Por obvias razones no desayuné. Salgo de mi casa y tenía no una, 2 llantas ponchadas. Ni con la llanta de refacción. Me puse muy de malas. Tuve que irme al trabajo en bicicleta porque ni siquiera dinero para el taxi traía. Sintiéndome mal y pedaleando 15 kms en bici. Ingue su ma. Bueno. Llegue a la oficina y me esperaba una pila de papeles. Fui el último en salir de la oficina, literalmente yo cerré. Llegué a mi casa a las 830 sin haber desayunado ni comido. Me sentía mal, estaba harto y sudoroso. Tuve un día de perros en la oficina (con muchos pendientes, yendo a entregar pedidos, etc). Para colmo una taradita me la empieza a armar de tos en Messenger.
No puede ser. Y lo peor de todo, que la niña en cuestión no sólo juraba que yo tenía que estar arrepentido (¿de qué?), también que yo moría por irme a tomar un café con ella y platicar: JA JA JA. Estará tan buena y de moda. Y aunque así lo estuviera mi orgullo y amor propio me impiden hacer ese tipo de estupideces con una taradita que no es nada mío. Coño, todavía fuera la novia, te la creo. Aaaah, no, y lo peor es que empezó a hablar mal de mí a mis espaldas. En verdad muy molesto.
Bueno, espero que hoy sea un nuevo día. Al rato subo nuevas fotos y sigo esperando comentarios a la columna de promesas.
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