Esta reflexión estará escrita en una serie de tres (3) columnas. La presente es la de en medio, la segunda. Aclaro esto para poder (o hacer el intento) dar seguimiento...
Mientras la colilla se sigue consumiendo, los días veo pasar y mis pupilas tienden a dilatar. Agradezco el detalle de ellas, siempre tan bellas y atentas, ya que estando dilatadas me permiten ver más de lo que veía; mi perspectiva se amplía y el sesgo que imponía mi psique y conocimientos se ve reducido. Por supuesto me queda claro que el sesgo no podrá ser eliminado totalmente –y no lo pretendo, sería dejar de tener por qué vivir y luchar para vivir– y vivo con ello. Tan sólo vivo con ello.
Los lentes parece ser que solos se han ido recomponiendo con el pasar del tiempo y el ulular del viento. Sinceramente no me preocupa tanto como antes; aquel que dijo que el tiempo lo cura todo murió al terminar de escribir la frase. El tiempo no cura todo ni pretende hacerlo. El tiempo pasa y nosotros con él. Somos seres temporales, fragmentados y a la espera de La dignificación (nótese la mayúscula). Hay recuerdos, heridas y sucesos que quizá ni el tiempo pueda borrar. ¿Me pregunto si la fuerza de un abrazo seguido de un beso que te succione el alma lo podrá hacer? No lo sé, puede ser.
Hago una pausa en este punto puesto que me asalta la sospecha que probablemente aquel valiente o amoroso que siga leyendo este texto no encuentre relación alguna y no halle forma lógica de ilar las ideas. Si es esta la situación, no te preocupes, tan sólo sigue leyendo o cierra la ventana. Si es esta la situación agradezco hayas llegado a este punto y entiendo que des media vuelta y dejes sólo tu sombra atrás. Quizá no necesita ser entendido mediante la lógica puesto que ni el amor ni los sentimientos tienen por qué ser entendidos, tan sólo sentidos. No van con la lógica si no con la abducción (en tanto sustracción de sentido). Quizá no es tanto que no puedan ser sentidos, quizá otro tanto de no quererlo hacer. Aclarado este punto procedo, no sin antes aclarar que en una encrucijada el diálogo es con uno mismo, no con el otro, aunque en este caso curiosamente tú también eres yo mismo.
Que mi corazón encuentre empatía con aquello que mi alma observa me parecía el anhelo más grande que podía concebir en la primera encrucijada (aunque no me haya movido de encrucijada) sin embargo no estoy tan seguro de ello en este momento. ¿Realmente de cuántas cosas estamos seguros? –recordemos a Edipo– ¿Realmente necesitamos estar seguros de algo más que nuestro ser? I don’t know, she would not say… Viviendo en la sospecha del alcance al otro.
Parece ser que me resisto yo mismo a tomar rumbo en la encrucijada. Parece ser que la resistencia más grande es la que llevamos con nosotros a lo largo del camino. Tremendo pero parece ser cierto; por lo menos desde dónde yo me encuentro sentado dialogando así lo parece.
En este momento es cuando todas las voces de los conocidos retumban en mi cabeza. Todos aquellos consejos mal habidos que no tenían por que ser pronunciados. Esos “debes olvidar esto” o “las cosas pasan por algo y la vida te reserva algo mejor” (si las cosas no sucedieran por algo, no iniciarían, ¿no? bastante gastada y mal usada esta falacia) “ve y busca, no dejes de insistir” “tienes que disfrutar tu vida”…¡¿Cuál es la forma de disfrutar la vida?!
¿Por qué insisten en querer creer que existe una regla y que tenemos que seguir estereotipos? ¿Por qué insisten en que para ser feliz primero tienes que desmadrarte hasta que la cabeza estalle de cruda y el órgano de tanto acto sexual? ¿Por qué insistir en que el amor puede llegar dos veces y pasando los 30 cuándo hay hombres que mueren sin haber probado las mieles del dolor del amor? ¿Por qué demonios pretendemos alargar nuestra vida con genes y medicamentos cuando ni siquiera hemos aprendido a superar la infancia y dejar vivir con amor? ¿Por qué no puedes hoy tener miedo de mi y yo de ti y morir así con una sonrisa en el rostro por el placer experimentado de desangrar tu corazón de amor?
¿Por qué tengo que tomar, justo en este momento, la decisión del rumbo a tomar? ¿Por qué justo cuando nadie está en el camino y mucho menos a mi lado que me acompañe en la decisión? Porque parece que tome el camino que tome, dejaré muchas cosas y personas detrás. Porque siento que si tomo un camino en especial, el amor se puede quedar atrás…
Si has llegado hasta aquí, conmigo, admiro tu coraje, voluntad y espero poder saberlo –házmelo saber– por lo menos por el eco del viento y saber que todavía hay quienes tratan de tomar camino…
Oh, I believe in Yesterday… and I do really want to believe. Need to believe.
1 comentario:
Luis.-
La verdad me da mucho gusto conocer a una persona como tú, que con esas ideas tan bien plasmadas en estos escritos, hace que realmente te deje pensando y reflexionando si lo que estas haciendo es realmente lo correcto o si es el camino que debes de seguir, como dices tú.
No cabe duda que tienes una gran facilidad de poder llegar a las personas.
Gracias por escribir estas cosas y compartirlas con nosotros.
TQM.
Armis.
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