¿Qué sabemos del amor?

La vida me ha enseñado miles de sueños y vivencias,

pero lo más valioso he olvidado aprenderlo, permitiendo mis confusiones

y haciéndome vivir, para no volverlo a olvidar, un día más.

LBVG

¿Qué sabemos sin decir algo que ya esté dicho, escrito o sangrado? Sin entrar en profundizaciones sobre el eterno deseo y la insalvable sensación de malestar. Sin tener que mencionar viejos olores, dulces recuerdos o dibujos del futuro. Sin temor a equivocarnos, sonar simplistas o demasiado pretensiosos ¿Qué sabemos del amor?

Lo que sé es lo que he caminado, lo que he bebido, lo que tomado, lo que he hecho mío, lo que he penetrado. No puedo saber más y no sé hasta que punto pueda saber más. Tampoco sé que significaría saber más en un terreno en el cual nada está escrito y que se encuentra gobernado por la sinrazón.

Lo que sé es que es la fuerza más grande, impulsada en la mayor de las veces por el miedo, que existe en el mundo. Lo que sé es que es como el aire y se eleva y regresa, a su antojo, se hincha y expande los cuerpos en los que entra, desinflando y tirando los cuerpos que abandona. Sé que es la sensación más completa que mi ser ha experimentado. Sé que muy pocas personas –poquísimas– te lo pueden provocar y aún menos entregar.

Lo que sé es que en nuestra época el amor ha tendido a valorizarse y a tratar de cuantificarse, entrando a los ámbitos de los números, tendencias y estadísticas, abandonando su esencia y sentido. Lo que sé es que se ha llegado a confundir el amor con la necesidad y la entrega con la derrota. Sé que nos hemos olvidado de la completitud, sin invasión ni dominación. Sé que ahora se prefiere pensar en uno mismo en vez del otro.

Sé que la confusión, las instituciones desvalorizadas y el consumismo han quitado terreno a esa parte tan necesaria de nuestra existencia. Sé que ahora, más que nunca en la historia de la humanidad, existen los mayores niveles de depresión en los hombres y mujeres. Sé que el amor es la respuesta.

Sé que no podemos amar a todos, somos humanos. Sé que podemos empezar por entregarnos al otro, olvidándonos de lo que digan los demás, buscando una felicidad compartida. Sé que el amor se siente en la panza, se sufre en las manos, se confunde en la cabeza y se nutre en el espíritu.

Sé que he llegado a amar una vez en mi vida, entregándolo todo, sin restricciones. Sé que lo volvería hacer. Sé que quiero hacerlo. Sé que lo peor del amor es cuando llevas su nombre en tus labios, su ausencia a tu lado, el olvido que te arropa y otros labios besando tu boca.

No sé que alcances tenga ni el impacto de los mismos, ni me interesa. No sé por dónde debería de empezar el género humano. No sé cual camino sea el mejor y tampoco me atormenta, sé que no tendré forma de compararlo. No sé si el amor cure el cáncer o alguna enfermedad tropical, lo que si sé es que nunca hay que huir. No sé cómo tengamos que comportarnos o convertirnos, si sé que no es como piedra.

Lo que sé es lo que he caminado, lo que me han dado, lo que me han tomado, lo que me han quitado y lo que me han abierto. No puedo saber más y no sé hasta que punto pueda saber más. Lo que sé es que pesa tanto en el ser y que lucha contra la levedad del mismo. Lo que sé es que podría cambiar al mundo y ayudarnos a vivir una vida que se va.

Lo que sé es que falta mucho, tantísimo amor en nuestras vidas y en el mundo. Son algunas de las cosas que sé.

30 enero 2007

VARGAS GÓMEZ

p.d. nuevas fotos