Puedes estar segura que
nunca dejaré de creer en los girasoles.
Un girasol que vive de la vista
del sol y que se apropia de su nombre
para formar el suyo propio.
Ese girasol que, amargo y tosco por fuera
esconde vida y amor desde la raíz
hasta su pétalo más alto, girando
en torno al sol.
Puedes estar segura, mi amor, que
jamás dejaré de creer en los girasoles
y su ejemplo de fortaleza en el amor.
El girasol que abre sus ojos
para ver a su amor y lo sigue
a lo largo del camino, reflejando en su vida
el amor que le profesa.
Así, te digo que abras los ojos.
Así te digo que amo a los girasoles y
que no sólo dejaré de creer en ellos,
también de admirarlos en su forma, nombre y
su inquebrantable giro en torno al amor.
Y es que nunca puedes detener a un girasol
a menos que lo arranques y,
aún así, morirá
cerrando los ojos viendo al sol.
16 octubre 2006
1 comentario:
Sabes? me encanto tu página, pero de lo que si estoy super segura fue que escribes con todo el sentimiento, y no dejes de ser así, yo sólo puedo decirte que eres un "AMOR".
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