Porque a veces me sucede que en los lugares más bellos
que he pisado,
volteo inconscientemente para buscar a alguien...que no está
LUIS VARGAS
Como siempre. Todos mis viajes, por cortos que sean, terminan por modificar mis perspectivas de una u otra forma. Esta vez no fue la excepción; además del crecimiento que dejó el viaje, también me llevo unos paisajes VERDADERAMENTE maravillosos y unos lugares increíbles de nuestro país. Confirmo lo que me dije a mí mismo y a unas cuantas personas el año pasado cuando regresé de Europa: me propongo conocer mi país, puedo asegurar que como México, no hay dos.
Conocí la Sierra Gorda, en Querétaro. Casi toda, y eso que es muy grande. Las noches las pasamos en Concá y en Jalpa, viernes y sábado respectivamente. Cada día y a cada paso afirmo más que tenemos tantas bellezas en este país que, tristemente, no hemos sabido reconocer y apreciar. Aquí no sólo vi paisajes hermosos; panoramas que me recordaron tanto a otros que pisé en Europa...también horizontes que quisieran tener allá y nosotros los vivimos acá.
Salimos el viernes a las 8 am. Nos fuimos en la Sprinter de mi yayo, que por cierto está increíble, en verdad vale la pena lo que le costó. Es el coche más grande al que me he subido en mi vida, del tamaño de la limo de José Cuervo. Después de 6 horas de viaje, entre curvas, montañas, águilas, buitres y un venado en la carretera, llegamos a Concá: una ex-hacienda que ahora era un hotel de 5 estrellas, en medio de las montañas. Verdaderamente increíble. Al llegar juraba que todo iba a ser tan tranquilo. No bien había terminado de hacer el pensamiento (ni siquiera me dio tiempo de pronunciarlo) mientras sacaba las maletas de la camioneta -¿o debería de decir camión?- cuando entra un convoy de 6 camionetas, todas Excursión y de vidrios polarizados. No entendía. Acto seguido se bajan de las camionetas de hasta adelante y las de atrás una veintena de guardaespaldas. Seguía sin entender. Se me quedaron viendo. Me los quedé viendo. Que feos y qué gatos. Me seguían viendo. Voltearon a ver a todos lados. Se acercaron a las dos camionetas de en medio y bajaron de ella un señor como de 55 años y un tipo y una niña, ambos más o menos de mi edad.
Cual va siendo mi sorpresa cuando me entero que era el Gobernador de Querétaro. Lejos de alegrarme o sentir algo parecido a la maravilla, me sentí muy molesto e incómodo puesto que realmente iba con la idea de relajarme y poder moverme a mis anchas –aunque he de aceptar que la hija del Gobernador definitivamente estaba hecha una princesa, carajo-.
Ahí estuvimos sólo esa noche. Fuimos a pasear por los alrededores, a visitar ríos, cascadas, el pueblo de Concá y unas cuantas Misiones de alrededor. Bellísimo. Y el Gobernador bien gracias. Su hija, mejor aún, jajajajajaja. Me molestó un poco el detalle de que utilizara tantos guardaespaldas que viven del erario público para irse en medio de la nada, donde yo también estaba. Exageraciones que son permisibles por la mala administración y fiscalización de recursos públicos. Pero bueno, ese será tema de otra columna. En Concá también me hicieron masaje (lo venía pidiendo de unos meses para acá) y un tratamiento de lodo…mmm no tienen idea. Mi cara es otra, jajajaja. Sumamente reconfortante. Subiré fotos también con el lodo y adentro del temascal.
Al día siguiente nos movimos a Jalpan. Me gustó mucho más. Tomé una cantidad de fotos increíble. También de indígenas, conozco unas cuantas personas que querrían las fotos que tomé. En especial, ahora que recuerdo, hay una que salió muy curiosa, dentro de la Misión de Jalpan; cuando me tomé la foto de repente salió un haz de luz y me iluminó, jajaja, entonces se ve muy chistoso. Hace comparsa con mi foto de Mesías sobre el agua, de Turquía.
En Jalpan también anduvimos turisteando por ahí y por allá. En la noche adelanté bastante en mi tesis. Los cafés corrieron por cuenta del Hotel, ya que las niñas del restaurante del Hotel pues como les caí muy bien, jajaja, y me andaban regalando el café. Ilusiones de la Sierra Gorda, jaja, pero bueno, siempre les sonreí a cambio. De regreso hoy. Puedo asegurar que el día que tenga la oportunidad para realizar un viaje romantico, de relax, sin duda lo haré por allá.
Estoy resumiendo mucho puesto que necesito terminar unos trabajos pendientes y un reporte para la chamba. Subiré unas cuantas fotos y esperen todavía las fotos de la limo, si no las he subido todavía es porque Fofo no se le ha pegado la gana pasármelas.
Conocí la Sierra Gorda, en Querétaro. Casi toda, y eso que es muy grande. Las noches las pasamos en Concá y en Jalpa, viernes y sábado respectivamente. Cada día y a cada paso afirmo más que tenemos tantas bellezas en este país que, tristemente, no hemos sabido reconocer y apreciar. Aquí no sólo vi paisajes hermosos; panoramas que me recordaron tanto a otros que pisé en Europa...también horizontes que quisieran tener allá y nosotros los vivimos acá.
Salimos el viernes a las 8 am. Nos fuimos en la Sprinter de mi yayo, que por cierto está increíble, en verdad vale la pena lo que le costó. Es el coche más grande al que me he subido en mi vida, del tamaño de la limo de José Cuervo. Después de 6 horas de viaje, entre curvas, montañas, águilas, buitres y un venado en la carretera, llegamos a Concá: una ex-hacienda que ahora era un hotel de 5 estrellas, en medio de las montañas. Verdaderamente increíble. Al llegar juraba que todo iba a ser tan tranquilo. No bien había terminado de hacer el pensamiento (ni siquiera me dio tiempo de pronunciarlo) mientras sacaba las maletas de la camioneta -¿o debería de decir camión?- cuando entra un convoy de 6 camionetas, todas Excursión y de vidrios polarizados. No entendía. Acto seguido se bajan de las camionetas de hasta adelante y las de atrás una veintena de guardaespaldas. Seguía sin entender. Se me quedaron viendo. Me los quedé viendo. Que feos y qué gatos. Me seguían viendo. Voltearon a ver a todos lados. Se acercaron a las dos camionetas de en medio y bajaron de ella un señor como de 55 años y un tipo y una niña, ambos más o menos de mi edad.
Cual va siendo mi sorpresa cuando me entero que era el Gobernador de Querétaro. Lejos de alegrarme o sentir algo parecido a la maravilla, me sentí muy molesto e incómodo puesto que realmente iba con la idea de relajarme y poder moverme a mis anchas –aunque he de aceptar que la hija del Gobernador definitivamente estaba hecha una princesa, carajo-.
Ahí estuvimos sólo esa noche. Fuimos a pasear por los alrededores, a visitar ríos, cascadas, el pueblo de Concá y unas cuantas Misiones de alrededor. Bellísimo. Y el Gobernador bien gracias. Su hija, mejor aún, jajajajajaja. Me molestó un poco el detalle de que utilizara tantos guardaespaldas que viven del erario público para irse en medio de la nada, donde yo también estaba. Exageraciones que son permisibles por la mala administración y fiscalización de recursos públicos. Pero bueno, ese será tema de otra columna. En Concá también me hicieron masaje (lo venía pidiendo de unos meses para acá) y un tratamiento de lodo…mmm no tienen idea. Mi cara es otra, jajajaja. Sumamente reconfortante. Subiré fotos también con el lodo y adentro del temascal.
Al día siguiente nos movimos a Jalpan. Me gustó mucho más. Tomé una cantidad de fotos increíble. También de indígenas, conozco unas cuantas personas que querrían las fotos que tomé. En especial, ahora que recuerdo, hay una que salió muy curiosa, dentro de la Misión de Jalpan; cuando me tomé la foto de repente salió un haz de luz y me iluminó, jajaja, entonces se ve muy chistoso. Hace comparsa con mi foto de Mesías sobre el agua, de Turquía.
En Jalpan también anduvimos turisteando por ahí y por allá. En la noche adelanté bastante en mi tesis. Los cafés corrieron por cuenta del Hotel, ya que las niñas del restaurante del Hotel pues como les caí muy bien, jajaja, y me andaban regalando el café. Ilusiones de la Sierra Gorda, jaja, pero bueno, siempre les sonreí a cambio. De regreso hoy. Puedo asegurar que el día que tenga la oportunidad para realizar un viaje romantico, de relax, sin duda lo haré por allá.
Estoy resumiendo mucho puesto que necesito terminar unos trabajos pendientes y un reporte para la chamba. Subiré unas cuantas fotos y esperen todavía las fotos de la limo, si no las he subido todavía es porque Fofo no se le ha pegado la gana pasármelas.
Al inicio mencionaba que siempre me sucedía lo mismo con mis viajes. Que mi mirada cambiaba. Mis pupilas se dilatan diferente después de cada viaje. Sin embargo conozco casos en los cuales no sólo su mirada no cambia, tampoco su horizonte se ensancha. Pienso en casos...innombrables. Jaja.
Revisen las fotos. Son muchas. Con dedicatorias, desde la frase inicial hasta las fotos.
1 comentario:
Que bueno que de una u otra forma hayas podido descansar y disfrutar de tan exuberantes paisajes. Ahora la chinga que nos espera va a estar pesada...
DE HUEVOSSSSS WEY!
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