Diálogos de cabestrillo

las oportunidades no las perdemos, alguien más las toma.

Luis Vargas

perversidad. (Del lat. perversĭtas, -ātis).
f. Cualidad de perverso.

perverso , sa. (Del lat. perversus).

2. Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas. U. t. c. s.

cotización.
f. Acción y efecto de cotizar. □ V. base de ~ .

cotizar. (Del fr. cotiser).
tr. Pagar una cuota.
2. Poner o fijar precio a algo.
3. Estimar, particularmente de forma pública, a alguien o algo en relación con un fin determinado.
4. Dicho de una persona: Pagar la parte correspondiente de gastos colectivos, las cuotas de la seguridad social, etc. U. t. c. intr.
5. Com. Publicar en la bolsa el precio de los efectos públicos allí negociados. U. t. c. intr.
6. Am. Imponer una cuota.
7. SEGÚN LUIS VARGAS (Del lat. “Ay no manchus”): Acción o efecto de hacerse el/la interesante por encima de lo necesario frente a otra persona, por miedo, rechazo u orgullo, de tal forma que el sujeto en cuestión pareciera, por momentos, inalcanzable; lo anterior debido en parte a la posible belleza del sujeto cotizado, su inteligencia o atractivo singular para el otro sujeto.

cotizado , da 2. (Del part. de cotizar).
adj. Estimado favorablemente. Es una soprano muy cotizada. (ANEXO AL BREVIARIO DE LUIS VARGAS: lo anterior refuerza que, después de todo, ser cotizada no es malo, todo lo contrario; sin embargo, el aprovecharse de ello puede resultar en algo perverso).

Enamorarse es un instante. No tiene propósito ni mediación. Enamorarse es quedarse prendado del objeto de deseo que nos promete tanto y tantas cosas, que, trágicamente, pocas cumplirá; y que bueno que pocas las cumpla, ya que si así no fuera, en el momento en que se viera satisfechos nuestros deseos, no tendríamos porqué seguir anhelando nuestro objeto…ese oscuro objeto de deseo.

El enamoramiento, lo he relatado varias veces en esta página, creo que es algo efímero. No tiene fecha de inicio –aclaración para mis lectores posmo que acostumbran a querer medir todo y ponerle fecha a todo lo demás–, lo cual quiere decir que si, en efecto, te puedes enamorar a las horas de conocer a alguien, o, por el contrario, puedes tardarte un poco más; todo depende de cuanto trate uno de cerrar “puertas que niegan lo que esconden”.

El enamoramiento durará tanto como uno quiera y se esfuerce porque dure, sin embargo, como todo en esta vida, no es infinito. Normalmente, en una relación de pareja, el enamoramiento durará aproximadamente entre 6 meses y 2 años, cuando mucho. El fin del enamoramiento supone un cuestionamiento muy fuerte y que muchas parejas no logran superar: ¿amas a la otra persona?

Porque si bien enamorarse de otra persona es idealizarlo y omitir, nulificar, sus errores a tal grado que solamente sentimos una migración de mariposas monarcas en nuestro estómago, al finalizar éste, nos damos cuenta –no de sopetón, por supuesto, nada en esta vida ocurre en un instante, todo es un proceso de cambio– que después de todo la otra persona también ronca, llora, se suena al ver la película y tiene frío en los pies. Si después del proceso de enamoramiento, aprendiste a estar con y a tolerar los defectos de la otra persona –porque posibilitan el cumplimiento de tu deseo, por supuesto– entonces se entra a la etapa, quizá, más bella y trágica: el amor. Amar a la otra persona.

Repito, no hay tiempos ni plazos, así que no presionen al Deuteronomio con preguntas de plazos en el mercado, ni tampoco se torturen a ustedes mismos(as) acerca de cuánto tiempo…simplemente, recomiendo: SEAN. VIVAN. DISFRUTEN. NO ESCONDAN.

Si. Después de todo suena interesante despertarse de nuevo, emocionado(a) de que alguien más piensa por ti y siente para ti. Que tienes alguien por quien llorar, sonreír y luchar. Alguien con quién puedes ver las películas, abrazados y soñando los personajes con ser nosotros. Alguien por quién morir. Alguien a quién llegar a amar.

Lo anterior no significa que me encuentre enamorado. Se muy bien que muchos no podrán alejarse de miedos y represiones, de prejuicios y jurar que uno se enamora, como si ello fuera un pecado. Lo anterior tan sólo representa mis ideas al respecto. El enamoramiento, amigo mío, no tiene un tiempo o medida, como el posmodernismo y la sociedad actual lo pregonan por los celulares y bolsas de mercado. No, no estoy enamorado de nadie...Siento amor por una persona, pero es una persona que con los años me demostró valer eso y más.

Lo anterior es una reflexión conmigo mismo, el Deuteronomio y, quizá, algún lector en especial de este espacio nombrado y descontextualizado. Una reflexión que, por supuesto, tiene un origen en ciertos pensamientos y sucesos que han acontecido en mi vida. Lo más maravilloso de todo es…que es tan sólo un instante. Que nadie fuera de mi cabeza sabe lo que realmente sucede. Que si uno se tarda en decir las cosas y hacerlas, quizá sea demasiado tarde. Siempre he creído algo: las oportunidades no las perdemos, alguien más las toma.
¡Qué jodidamente hermosa es la vida, coño! No hay un día en que no agradezca el tener la oportunidad de luchar un día más, de darme la oportunidad de enamorarme una vez más…De soñar con un nuevo día. De poder escribir esto sin que me importe lo que piensen los demás, si me juzgan o no; de cualquier forma el juicio ya está hecho. Si lo toman a bien, perfecto, de lo contrario, no puedo ni debo de hacer nada, su actitud lo dice todo.

Soy un tipo muy sincero, así he sido y siempre lo seré; corro el riesgo de ser malinterpretado y una que otra vez apartado, pero no me importa. Las personas que se mantienen a mi lado y me han aprendido a conocer a lo largo del tiempo saben, más allá de cómo soy, que mi estrategia es extremadamente sencilla: que aprendan a contar conmigo. No creo ni soy partidario de la negación, de la represión de los sentimientos, deseos y sensaciones. No soy partidario de negar aquello que escondemos porqué, después de todo, podemos engañar a los demás, pero jamás a nosotros mismos.

He perdido amigos, he perdido amores. He llorado mares, he sangrado ríos. Debería de tener miedo, mucho miedo. Tener miedo de mí. Sin embargo eso no me detiene. Haber perdido todas esas personas me han hecho llegar a lo que soy ahora, con los pocos o muchos amigos que pueda tener y el iluso o real “amor” que puedo sentir ahora. Me han hecho llegar a tener unas cuantas personas a mi alrededor que valen lo que todas las fortunas y propiedades del mundo podrán pagar jamás…

Para poder llegar a escribir estas líneas tuve que pasar por un duro examen (aprovechando la época de exámenes) interno. La materia se llama Miedo IV. Es extremadamente difícil. El profesor es implacable y no existe forma alguna en que me pueda hacer su amigo, simplemente tengo que aprender de él y utilizar lo que me enseña. Pasé el examen –durísimo, por cierto, no tienen una idea cuanto– lo cual implicó que me soltara a escribir sin un propósito en especial. Pasé el examen y me dio mucho gusto, puesto que, como suele suceder a ciertas personas en algunas ocasiones: hay veces que tienes miedo de volver a enamorarte por las cicatrices de guerra que llevas en la espalda…

Desenvainemos pues, andemos por allá. Montémonos en dragones plateados que escupen margaritas en cielos de agua. Simplemente andemos y desenvainemos, no la espada, mejor el corazón y un poco la pluma. Desenvainemos sin temor a que nos duela el alma como alguna vez dolió, simplemente…siente.

Definiciones. Retos internos. Diálogos de cabestrillo.
02 octubre 2005
VARGAS GÓMEZ