- ¡Respondiste como un campeón!
Eso fue lo primero que escuché al terminar la defensa de mi tesis en el simulacro de examen profesional y que marcaba, al mismo tiempo, un porcentaje de mi evaluación general en las materias. Dichas palabras me las dedicó Faico (Francisco Otero) y no pude sentirme menos que orgulloso.
En verdad, me hizo muy feliz. Al inicio, sorprendentemente, me puse un poco nervioso debido a la solemnidad que le estaban imprimiendo al evento. Aunado a lo anterior, resulta que llevaron a todo mi grupo de Seminario de Titulación, entonces tenía un público bastante grande.
Empecé mi exposición inicial, presentando mi Anteproyecto y el primer capítulo frente a la audiencia, profesor y sinodales. Breve, de tan solo 10 minutos. Comenzaron a hacer preguntas. Una tras otra se sucedían y me bombardeaban con ellas. Me entusiasme y empecé a dictar una cátedra, jajaja, por un momento me sentí como si estuviera dando una clase. Les encantó. Terminaron las preguntas. Aplausos. Muchos aplausos. Tranquilidad. "¡Respondiste como un campeón!" se escuchó entre el auditorio la voz de Faico. Más feliz aún. No hubo una sóla crítica a mi investigación, les gustó mucho y la calificaron de ambiciosa. Me felicitaron por la preparación y salí avante. Estoy feliz. Tengo muchos motivos de estarlo.
Eso fue lo primero que escuché al terminar la defensa de mi tesis en el simulacro de examen profesional y que marcaba, al mismo tiempo, un porcentaje de mi evaluación general en las materias. Dichas palabras me las dedicó Faico (Francisco Otero) y no pude sentirme menos que orgulloso.
En verdad, me hizo muy feliz. Al inicio, sorprendentemente, me puse un poco nervioso debido a la solemnidad que le estaban imprimiendo al evento. Aunado a lo anterior, resulta que llevaron a todo mi grupo de Seminario de Titulación, entonces tenía un público bastante grande.
Empecé mi exposición inicial, presentando mi Anteproyecto y el primer capítulo frente a la audiencia, profesor y sinodales. Breve, de tan solo 10 minutos. Comenzaron a hacer preguntas. Una tras otra se sucedían y me bombardeaban con ellas. Me entusiasme y empecé a dictar una cátedra, jajaja, por un momento me sentí como si estuviera dando una clase. Les encantó. Terminaron las preguntas. Aplausos. Muchos aplausos. Tranquilidad. "¡Respondiste como un campeón!" se escuchó entre el auditorio la voz de Faico. Más feliz aún. No hubo una sóla crítica a mi investigación, les gustó mucho y la calificaron de ambiciosa. Me felicitaron por la preparación y salí avante. Estoy feliz. Tengo muchos motivos de estarlo.
Tengo 15 nuevas fotos. Véanlas, ¡están íncreibles! POR CIERTO, si les interesa, hoy salí en el UNIVERSAL y el REFORMA (aquí en sección NACIONAL 9A). Foto muy grande.
Por cierto, espero sus comentarios en la siguiente columna, por favor.
Por cierto, espero sus comentarios en la siguiente columna, por favor.
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