Hay veces que creo, como en este momento, que no debo de amar. Ni siquiera por momentos. Ni siquiera un momento. Hay veces que siento que todo aquello que llego a amar, simplemente se me va.
No se va con el aire.
No se va con la mañana, menos con la noche.
No se va con la marea o el sereno.
Se va con el objeto. Se va con
Hay veces que creo que mi error más fuerte es atreverme a amar: ahora que me he atrevido a hacerlo, me he quedado con el corazón de palmos y las lágrimas flotando.
Eso creo.
Sin embargo estoy seguro de una cosa: que aquello importante, lo más valioso, al parecer lo he olvidado. La vida me ha enseñado miles de sueños y vivencias, pero lo más valioso he olvidado aprenderlo, permitiendo mis confusiones y haciéndome vivir, para no volverlo a olvidar, un día más. Trágicamente, al parecer eso que he olvidado está íntimamente relacionado con mi corazón. Dos errores he cometido –dos–, en esto de las lides del amor…uno ha sido atreverme a amar y la otra es sentir, pedir y llorar mientras, al otro lado del auricular, no se oye otra cosa que: perdón, pero tengo que trabajar.
Y pensar que por ella yo daría dos veces
07 marzo 2008
VARGAS GÓMEZ
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