29.3.05

VOYEURISMO

Auuuuu, y ahora van a saliiir, los más loocooos. Los más zumbaaados. Los mas marchosos. Los más. Los más. Los videos insaaaaciaaaableeeees.....*

VIDEOOO # 1 (oooraleee chamaacoooos) leer con tono Chabelo.

Semana santa en Teporochoapan. Jajaja, Totolapan. Nótese la risa maléfica de los dos y las garras de Esponda en la pared. Por cierto, saludos a la lagartija.

VIDEOOOO #2 (un aaauuutoooooo) leer con tono Regil.

Albercada en casa de Grillo. Infame. No hay mas palabras. Esta grabación es reveladora. Es una grabación secreta: nadie sabía que la cámara estaba grabando, ni siquiera el propio camarógrafo, jajaja, o sea yo. Pensé que estaba apagada y la dejé en el suelo. Parece anuncio de CORONA. Escuchen, porfavor, atentamente cada ruido, grito, ronquido, gemido y risa del video. Muy bueno.

VIDEOOOO # 3 (por favor, Luis, dinos que se llevan) leer con tono mamón, jajajaja.

Hace tiempo. Día de muertos. Parodia del noticiero de López-Dóriga entre Abascal y Yo. No se lo pierdan. jajaja

VIDEOOO#4 (choco choco choco choco) sonido del ferrocarril. ja

El perro de Estefanía o, para los cuates, jajaja, Choco. Un look muy Paris Hilton. Un perrito muy bonito, jajaja, no, esta espantoso...

Ustedes hablen y sus peticiones serán oídas. Escucho y obedezco (adaptarse a las leyes del mercado, dicen por ahí). La innovación ahora, VIDEOS. Muchos videos. Insaciables. Infames. Delatadores. Comprometedores. Simplemente videos tomados por el ojo voyeurista de la cámar-espía de Luis Vargas. Aquí tienen cuatro. Después les pongo más. Esten pendientes por actualizaciones y los videos que ponga en mis LINKS y en las fotos.

*Adaptación del inicio de la canción "Quiero una novia pechugona". JA.

28.3.05

Devastaciones

Devastador. No existe mejor manera de describir el ritmo de la semana pasada. Muy brevemente. El miércoles empezó todo. Fue el cumple de Collantes y que nos lanzamos al Thé Gallery de la Condesa; ahí estabamos cotorreando aquí, cotorreando allá hasta que Abascal me dice que por favor lo acompañara a la Bodeguita del Medio. Nos fuímos para allá a encontrarnos con el Negro e Iván y dos amigas suyas. Un mojito. Sólo me dió tiempo para tomarme un mojito. Pero no olviden que yo venía del Thé Gallery y las cubas se van acumulando.

Que nos cierran la Bodeguita. Total, cubanos embargados. El Abascal propone la idea de ir al Soul y como yo no tenía de quién hacerme cargo más que de mí mismo (jajaja, una de las cosas de no ir con la novia es que no sólo no tienes horario, tampoco que estar con los 5 sentidos para cuidar y llegar con bien. Aunque sinceramente sigo prefiriendo salir con la novia) pues resuelvo ir. No no no. No tienen una idea. Salí aplaudiendo con las posaderas. Ínfame. Jajaja, entró Luis Vargas al Soul y salió el Marqués de Sade jajaja. El problema fue que llegando a mi casa (que distaba de ser el Palacio de Sade) mi estómago se rehusó a seguir con la pantomima y ¡traz! Desenlace esperado. Lo peor es que tenía que vomitar en silencio -Amooor en sileenciooo- puesto que mis padres se iban en dos horas a mi casa de campo y no podía despertarlos con mis sonidos guturales. 5 am.

A las 10 am me llama Esponda. Albercada en casa de Grillo. Misión: sostenerse. Pues me lanzó. Infamia. Infamia total. Entre gritos, carnes asadas, albercas, chocolatitos y shots de tequila nos dieron las 9 pm. Yo estaba realmente devastado. Al día siguiente manejaba carretera y tenía que estar con los 5 sentidos. A dormir. Abascal cayó en mi casa. 11 pm.

8:30 am. Esponda llega a mi casa. Destino: Totolapan. Aunque realmente debería de decir Teporochoapan porque en eso se convirtió. Jajaja, entre los tres nos zumbamos 28 cervezas, 2 botellas de ron y una de vino. ¡Clemencia! gritaban nuestros hígados. Esponda le respondía a su vez con un: ¿Qué hora es? Happy Hour

Es la hora es la hora, es la hora de chupar. (sonaba en mi cabeza, todavía no se si lo cantaba o eran las voces de Facundo Bacardi y el águila de Corona que me trataban de abducir)

Llegamos a México temprano porque tenía que hacer un trabajo de la universidad (que por cierto la dejé al olvido toda la semana jajaja). Una semana contada de manera muy escueta y reducida, porque de lo contrario tendríamos un post I-N-C-R-E-I-B-L-E-M-E-N-T-E largo. Para mayores referencias marque al 5658 11 11 (locatel) y pregunte por el paradero de Esponda y de Mia Colucci. O consulte mi página de fotos para encontrar algunas evidencias al respecto.

Eso es todo, por el momento. Estoy averiguando como poner los vídeos que tomé. Mientras lean PASADO Y PRESENTE (con postdata). Esta semana fue fatal para la página, muy pocas visitas, espero se recupere ahora.

25.3.05

PASADO Y PRESENTE (con postdata)

¿Realmente he aprendido algo? Quizá no sea cuestión de cantidad o enumeración de experiencias; más bien de momentos y reflexiones. De confrontación entre pasado y presente, para dar paso al futuro.

Cuando llegué a Europa mi percepción era oscura, no en tanto a sentimientos, más bien cognitiva. La principal venda que tapaba mis ojos era la soberbia, venda muy difícil de quitar y apartar de los mismos. Llegué pensando que sabía lo que tenía que saber para poder vivir aquí, y fue la primera puerta que toqué la que me gritó, al cerrarse, que no era así.

Sin embargo era muy pronto para poder aprender y escuchar los gritos; únicamente la desolación y la angustia que provocaban con sus ecos hacían mella en mí. No puedo negar que la misma venda me ayudó a salir, de una u otra manera, de los primeros obstáculos que afronté.

Los primeros dos meses se fueron como el Tormes: rápidos y despreocupados. Fue tiempo después cuando las enseñanzas empezaron a obrar en mí. Se puede conquistar sin dominar, es cierto, lo descubrí cuando me fui a descubrir a mi mismo, en mis raíces, en tierra catalana, donde al mismo tiempo era ajeno e inexplicablemente querido. Tres viajes en búsqueda de entendimiento y un poco de amor.

La riqueza no hace al hombre, tampoco la belleza. La virtud, la paciencia, la humildad y la sonrisa, esos son los principales ingredientes para convertirse en hombre. La belleza es efímera y la riqueza no es más que el producto del trabajo reinvertido y un poco de buena estrella, nada más. Pero ni la riqueza ni la belleza harán mella en el corazón del prójimo, tan sólo una sonrisa, un abrazo y la puerta abierta para dejar entrar no sólo a la persona, también a sus palabras y sentimientos.

La soberbia cayó de los ojos y calló por un tiempo estando de viaje por Bélgica. Levantarse del lodo y salir del hoyo solo es, por si mismo, una hazaña y una enseñanza. Lejos de los padres y familiares que nos rescatan, quedas como único punto de referencia para salir adelante y tratar de sobrevivir a la borrasca y arribar a puerto seguro.

Al caer la soberbia observé que mujeres hay muchas, todas ellas bellas por su naturaleza misma. Todas ellas pueden ser potenciales amigas, parejas o amantes, sin embargo, la mayoría de ellas, casi todas, fueron destinadas a ser amigas, no a ser un objeto de deseo o colocadas como presea en la sala de trofeos. Sólo una será la destinada a tal efecto, a permanecer desnuda a tu lado, en cuerpo y alma, y su lugar entonces ya no será la sala de trofeos -que se verá reducida a vapor y cenizas- sino el corazón.

Los regaños de los padres dejan de ser un trámite y se valoran como enseñanza y amor. Esfuerzo incontrolable y no manejado por llevar al hijo por “buen camino” y guiarlo por la senda menos dolorosa. Ironía de la vida, como ella misma, que así como nosotros somos y fuimos con ellos, los otros, los siguientes, serán con nosotros. En ese momento se completará la enseñanza de ser hijo y empezará la práctica para ser padre.

Al viajar admiras, aprendes y aprehendes nuevos horizontes, paisajes, que destrozan lo creído con anterioridad. Lo que antes pensábamos era chico se vuelve enorme, y lo que pensábamos era grande se vuelve insignificante. Comencé a entender que Roma no puede ser entendida como pluralidad, sino en su singularidad. Que una casa menos o un individuo más crean una realidad distinta y por lo mismo compleja. Al entender esos paisajes construidos y alterados por el hombre empiezas a interiorizarte y tratar de entenderte a ti mismo, no como Luis, sino como una L y silencio, mucho silencio que ocupará tanto espacio que no alcanzarás a llegar a la S.

Fue en un pueblo que lleva por nombre Josa de Cadí donde descubrí esto y a partir del cual no pude mirarme de la misma forma en el espejo. Ahora, al levantarme por la mañana para bañarme, descubro un sujeto siempre distinto que me mira, perplejo, a través del espejo. ¿Soy yo ó es él? Cuestionamiento que impulsa desde que el hombre es hombre y trata de reconocerse en el otro. Cuestionamiento cuya respuesta es inalcanzable pero no por ello prohibitiva, más bien incógnita del ser.

En uno de tantos viajes descubrí que un amigo puede ser una pordiosera que se acerca a pedirte un cigarro y después de compartir un café contigo te convierte en mendigo y ella ángel bondadoso que no tiene por fin otro que compartir sus palabras. Comprendí que la distancia no es el olvido y la extrañeza no radica en la diferencia, sino en el intelecto y la humanidad. Que no es necesario un año para querer a alguien y si mucho más que la vida misma para olvidarlo.

Comprendí que familia no es tío, abuela o hermana, sino aquellos que te devuelven la sonrisa y se entregan sin mayor reserva, no sólo abriendo las puertas de sus casas, también las de sus ojos, oídos y corazón.

Comprendí que Patria no es aquella en la que naces, sino en la que tus raíces se afianzan y te nutren de vida y conocimiento. Patria es el mundo y mundo eres tú. Comprendí que banderas, himnos y canciones tan sólo son espejos en el laberinto que nos impiden salir de él. Comprendí que puedes ser mexicano, nicaragüense y catalán al mismo tiempo y sin embargo no ser uno sólo de ellos. Comprendí que mexicanos, nicaragüenses y catalanes sufrimos igual, amamos igual y morimos igual. Comprendí que casa no es donde vives, sino donde tu alma se encuentra.
Para que uno pueda hablar es necesario escuchar y entre esto existe el silencio. Un silencio impasible que si lo escuchamos nos permitirá vernos reflejados en la mirada y las palabras del otro. Entender que para que exista un Yo es necesario un Tú.

Hasta el momento la venda de la soberbia sigue conmigo. No he podido tirarla pero si bajarla de los ojos. La traigo en mi cuello y me dificulta la respiración de vez en cuando.

Hasta el momento lo único que he aprendido es que entre más conocí más me di cuenta de lo que me faltaba por aprender y de mi infinita pequeñez. De que no soy nadie sin los demás y que en el campo de batalla uno debe de tener la mirada siempre hacia arriba y adelante, para reconocer el peligro y a los aliados que se acercan. De que el conocimiento no es ni debería ser un lujo, sino una necesidad orientada al crecimiento espiritual que permitirá dar el siguiente paso en un camino interminable que, por fortuna, me tocó recorrer…

Salamanca, 22 de Junio de 2004
Luis Benjamín Vargas Gómez

POSTDATA. Este texto lo escribí faltando 17 días para que regresara a México, el año pasado ¿Por qué regreso a él? Me encontraba pensando en una persona y recordé este texto. Regresé a él y me doy cuenta que, si bien lo había escrito antes no es sino hasta ahora que aprendí, totalmente, lo que está en él. Puedo decir ahora que amo con todo mi corazón. El regreso al texto ha sido reinterpretado y la situación es totalmente diferente. No es mi biblia de comportamiento pero si "cómo pienso". Y no es propiamente que sea una persona diferente. Es, simplemente, que seguido avanzando en el camino. No pretendo decir que soy un sabio y que soy más maduro, no lo diré yo; lo que si digo es que mi corazón se encuentra contento y que el amor es parte integral de mi vida. Que aprendí a amar ¿El camino del amor? Comienza con el dolor. No es posible amar sin dolor. No es posible amar a quién no te duele. Ese es el inicio. Esta es mi forma desnuda. Esta es la postdata.

23.3.05

TE DOY MIS OJOS

Te doy mis ojos
para que veas como vi con los tuyos.
Te doy mis ojos
para que evites las miradas altivas y agresivas que ya reconocí.
Te doy mis ojos
no para que me veas a mi, ciego y desesperado,
más bien para que te veas a ti y entiendas
el reflejo que dejas en mi.
Te doy mis ojos
para ver si compaginamos el amor y la visión y dejamos atrás puntos de vista enrevesados.
Te doy mis ojos
para que nos olvidemos de relativismos y dejemos las perspectivas en el pasado;
para que entiendas lo que veo con los tuyos.
Te doy mis ojos
para ver si nos entendemos
¿Por qué no te pido los tuyos?
Porque son los que te estoy ofreciendo

22.3.05

...EXTRAÑO...

Extraño.
Extraño aquellos cafés interminables, en los cuáles el reloj de sumergía en nuestra plática y el café se bebía en la permanencia.
Extraño aquellas miradas, con los ojo entreabiertos y de soslayo, como queriéndome decir un secreto, un algo que los demás no pueden escuchar.
Extraño aquellas caminatas que nos llevaban a todos lados y a ninguna parte.
Extraño aquellas noches en que dormías entre mis piernas. Tu cuerpo y mi cuerpo en uno sólo. Tu aliento sobre mi cara y mis manos en tu cuerpo.
Extraño nuestra compañía. Compañías como ésta la vida jamás verá otra vez.
Extraño nuestra vida, un proyecto en común, un mismo rumbo y el oído de uno siempre atento a las necesidades del otro.
Extraño tu presencia que cortaba la oscuridad. Tu sonrisa que ensordecía mi alegría. Nuestros besos que endrogaban al paraíso.
Te extraño como un extraño a su patria.
Te extraño como el sol a las estrellas.
Te extraño como un cuerdo a la locura,
como Waterloo a Napoleón.
Te extraño como el espejo a tu reflejo.
Te extraño y te necesito.
Te extraño como yo a ti.

22 / marzo / 05

3-2

Antes que nada comentar algo. Estoy realmente sorprendido. La semana pasada se rompió el record de visitas a la página. 155. Impresionante. Vamos por los 1000 esta semana. Gracias. No me cansaré de dar las gracias a ustedes y a las letras. A ustedes por permitir la existencia de esto. A las letras por ser lo suficientemente agradables y buenas para que ustedes las quieran leer. Gracias. Los dejo con mucho que leer, desde BARBARIDADES (y para los que me han comentado, si estoy pensando en publicar), pasando por DE EJEMPLOS MAMADOS, MAL KARMA hasta aquí.

Ahora si. El 3-2

Se acabó. No más tricampeonatos ni nada por el estilo. No más pentapichichis tricampeones habladores. No más. Se acabó.

El partido fue algo sin igual. La intensidad se respiraba en el ambiente. Un reducido grupo amarillo enclaustrado entre paredes azul y oro. Los gritos retaban la superioridad puma y, en el terreno de juego, se terminó por demostrar. El América confirma el excelente paso, su racha goleadora y su superioridad. Los pumas demostraron que no sólo no pueden gritar tanto en su estadio, también que era un espejismo aquello que nos trataban de vender. Nada más que eso.

Tratar de poner en palabras aquello que viví en CU es imposible. Las palabras no me alcanzan. Era la primera vez que iba a un América-Pumas en CU. Y escuchar un solo grito –Águilaas– era impresionante. Verdaderamente impresionante ver callar al estadio con cada uno de los goles. Ni el saco tirado, ni los berrinches de Hugo, ni los centros infructuosos, ni los vandalismos de la Rebel (prendiendo fuego en las tribunas) alcanzaron para nivelar. Nada alcanzaría. El América, señoras y señores, va para campeón.

Las fotos las pueden ver en mi página.

21.3.05

Mal Karma

Lo que empieza mal, acaba mal. Refrán muy común y que encierra todo un concepto de Karma. No es propiamente que por el hecho de que empiece mal ya todo estará mal. No. Simplemente que energía llama energía y la disposición del individuo se irá modificando conforme avanzan los hechos, afectando así el desarrollo de la situación. En otras palabras, para que las cosas no terminen mal se necesita mucha paciencia, amor o coherencia.

Tomaría el caso de Jorge Bernardo Fernández Trejo –conocido por los amigos como Grillo– para ejemplificar de manera total lo dicho anteriormente, sin embargo apelé a mi buen sentimiento y humanidad para no hacerlo de esa manera. Relataré los hechos acontecidos el pasado viernes 18 de marzo–entre los cuales se encuentra contenido el caso Grillo–. Un viernes para no olvidar.

¿Se han percatado que la mayoría de mis “aventuras” suceden los viernes? Jajaja, vamos, no sólo las aventuras, también los sucesos tristes, inesperados, etc. prefieren aparecer los viernes. Eso hace que me pregunte si no me casaré un viernes y moriré otro. Otro día haré un recuento de los viernes –el recuento de los daños, jaja– que han marcado mi vida.

Me encontraba el jueves por la noche conectado al Messenger (como todas las noches) cuando Grillo apareció en linea:

- Vargas. Vamos al estadio el domingo, tenemos 4 boletos.

Mi corazón se aceleró. América-Pumas. El juego de juegos. El partido por antonomasia. La beldad contra la fealdad. La fineza contra la naquez. América contra Pumas.

- ¡Por supuesto! –dije sin dudar– ¿A quién hay que matar? –entre broma y broma comentaba, sabiendo que los boletos ya se habían agotado.

Grillo se rió y me dijo que no había que recurrir a los golpes (si tan sólo hubiera sabido lo que pasaría el día siguiente) y que ya teníamos los boletos. Quedamos en vernos el viernes a las 8 pm en Niza –tenía por lo menos 1 año y medio sin ir a Niza–. Salí de la oficina volando. Llegué a Niza. 2 tipos tomando en un coche: Grillo y Esponda. Jajaja. Sinceramente me dio mucha risa ya que teníamos un bar a 5 metros y nosotros estábamos encerrados en el coche del Grillo tomando.

Después de un momento de insistencia accedieron a que fuéramos a Niza, pero sólo si nos dejaban sentarnos con nuestra botella y descorche. Total que no nos dejaron y tuvimos que guardar la botella para mejor ocasión. Nos sentamos. Todo iba muy bien. Increíblemente bien, a decir verdad. Fue entonces cuando sucedió…

Reíamos como desquiciados en uno de esos momentos de contar anécdotas cuando de pronto un estallido. PUM. PLOSH. Dios. Volteé a ver a un motociclista que acaba de llegar y me lo quedé viendo con ojos asesinos. Juraba que se había estacionado mal y que había tirado un vaso –por incoherente que suene; sólo díganme quien razona bien en medio de la fiesta–. Después pensé que era una pelea y que lo que se había estrellado era una cuba. Un grito en la multitud me sacó del error: ¡Aaah, tiraron huevos! ¡Miren su espalda!

El grito desgarrador que pegó la niña –muy fresa el grito por cierto– fue acompañado de un señalamiento a Grillo. Volteé. Un moco de clara y yema se escurría por la cabeza de Grillo. Viscoso. Todo se aclaraba de pronto. Clara por todos lados. Mi camisa se había visto afectada al igual que el mantel, sin embargo Grillo se había llevado la peor parte.

Breve paréntesis. Ese no parecía ser el mejor día de Grillo. Hacía unas horas había tronado con su novia, Beverly. Sus padres estaban un poco molestos con él. Estaba siendo bautizado por un huevo tirado por algún renegado tolteca de la región. Aún faltaba lo peor.

- Me voy a cambiar. No se vayan –pronunció Grillo de una manera tan rápida y con un brillo psicótico en los ojos que realmente se escuchó algo así como: “mevoycambiarsevayanperenme”.

Y ZAZ, salió disparado. Se trepó la barda y salió corriendo como el malo de Terminator 2 por la calle. Con el movimiento de los brazos y todo. Inclusive la noche, el reflejo de la luna y la situación engañaban a las pupilas y parecía que se convertía en mercurio líquido. Realmente no lo sé. Me volteé a ver a Esponda.

- Me lleva la chingada, pinches nacos de mierda –gritaba sumamente ofuscado mientras veía la manga de mi camisa sucia de huevo–. O sea que les pasa, tiran lo poco que les queda para cenar para demostrar su espíritu mexica.

Realmente tuve mucha suerte. Era una pequeña mancha de clara en la manga de mi camisa que rápidamente erradiqué bañándola en sal y con muchas servilletas. Después la enjuagué con agua de hielo y ya estuvo. La niña histérica y fresa –que se espantó al ver un huevo con barba, perdón, al ver a Grillo– se nos quedó viendo como sintiendo necesidad de desfogar su histeria (por evidente falta de actividad sexual) con alguno de nosotros:

- O sea pobrecito de su amigo –nótese el tono utilizado y el lenguaje que trataré de respetar en su mayor parte; leer con una papa en la boca para imitar el tono–, ¿qué les pasa? O sea ¿a ustedes no les tocó huevo? (no reina pero parece que a ti te hace falta con urgencia) o sea, que mala onda.

Me desentendí un momento. Tantos “o sea” y feromonas desprendidas por el huevo y la niña histérica me estaban poniendo de malas. Esperaba ver una mancha de mercurio líquido que se arrastrara por el suelo y se convirtiera en el Grillo. No vi nada. Nos pusimos a platicar de la situación, Esponda y Yo, con la niña y su pareja (realmente no se si eran novios porque jamás le dio un beso y menos la mano…en verdad se veía histérica). Estábamos relatando lo acontecido cuando de repente la voz de Grillo se materializó en el aire:

- Ya estuvo –cortante, casi tanto como el aire que se respiraba. Esponda tenía razón, la noche parecía que terminaría con golpes.

Nos pusimos a platicar con la pareja disonante. De tanto en tanto yo volteaba a ver a Grillo y veía como sus ojos se tornaban como los de un búho para observar si se acercaba otro proyectil. Nada. Al fin nos fuimos. Íbamos a casa de Grillo a dejar su coche y después nos íbamos a Worka. Como bien supusieron el chofer designado era Yo. Tendría que haber dicho basta desde ese momento. Sin embargo, como bien lo he resaltado antes, se me dificulta mucho esto de separarme y decir no…

Grillo me pidió que le pidiera permiso a sus papás que saliera. Desde ese momento mi sensatez tendría que haber hablado, pero no. Grillo me miraba de una manera tan tierna, diciéndomelo tan claro, que nunca pensé que fuera a caer tan bajo. Jajaja. Fui y pedí permiso (lo mismo de siempre, la fama con los padres). Accedieron. Nos subimos a la Aztek. ROCK. Rock jurásico.

La Aztek iba dando tumbos por el pedregal. Belinda y Moderatto se desgañitaban en el audio. Esponda, Grillo y Yo gritábamos en el coche. Grillo iba sirviendo las cubas en la Aztek y Esponda sufría de un ataque de excitación pre-antro. Nos acercábamos a nuestro destino. Llegamos por fin.

Por alguna razón que aún no entiendo, Grillo se bajó de la Aztek con la botella vacía en las manos –aunque quizá si la entiendo, recuerden que estaba marcado esa noche–. Nos encaminamos con rumbo al Worka. Arribamos. Estaba bastante lleno. La cadena lucía un poco atestada. Los chimpancés de seguridad y de cadena rondaban por su zona, marcando su territorio. Los adolescentes faltos de amor propio se arremolinaban en la cadena suplicando a los chimpancés que los dejaran entrar. Los chimpancés se golpean en el pecho y chillan. Volteo a ver a Esponda y a Grillo que señalan a uno de ellos. Escamilla (Escama para los primates). Nos acercamos a la zona donde rondaba. Los adolescentes eufóricos y patéticos solicitaban entrar a un lugar, pagar por entrar y todavía pagar precios exorbitantes por estar sentados, pero tal parece que se sienten alguien en la vida si asisten a esos lugares. Gritaban. Golpes. ¡Auh!

Después de un momento de empujar y tratar de abrirnos paso llegamos a adelante. Grillo levanto la mano como el Capitán Cavernícola con la botella y gritó:

- ¡Escamilla! ¡Escamilla! Somos tres.

Escamilla volteó como si en verdad entendiera castellano. Enseñó los colmillos y siguió balanceándose desde su cadena. Le avisaba a Grillo que no podía entrar con alcohol. Fiuuuu. La botella salió volando. Listo, botella desaparecida y un cráneo destrozado por allá atrás. El Grillo siguió insistiendo. Yo me estressaba al tiempo que me preguntaba porque demonios teníamos que soportar la humillación de un portero-primate que nos “hacía el favor” de dejarnos entrar a gastarnos nuestro dinero. Seguramente el pobre primate no sabrá que es Europa y mucho menos que allá están los mejores clubs del mundo, y mucho menos sabrá que la cadena no existe y que se maneja todo de otra forma. Él sigue pensando que está custodiando la entrada del Templo Mayor.

Por fin le dice que pase. Pasa Grillo. Pasa Esponda. “Hasta ahí”, grita el Escama deteniéndome. Dios, lo que me faltaba, este naco no me iba a dejar pasar por algún motivo extraño. Se voltea. Veo la cadena. Veo a los chimpancés. Veo a Esponda y Grillo. Me salto la cadena.
Un escalón.
Dos escalones.
Tres escalones...
Escama se voltea.
- Ey, tú, no pasas ahora. Quédate fuera –aullaba el tiempo que trataba de tomarme del brazo–.
- Suéltame brother, no te estoy tocando no tienes porque hacerlo. Yo sólo puedo salir, mira.

Y con mucha gracia y estilo me salí mientras el se quedaba comiéndose sus pulgas. Todavía corrí al otro lado. Un grupo de niñitas solas. Me acerqué a ellas y les dije que si podía pasar con ellas puesto que iba solo. Les pareció maravillosa la idea. Me dijeron que sí encantadas. Al minuto pasaron. Yo me puse en medio. Ya había atravesado la cadena cuando el mandril en brama me volteó a ver. “Te dije que hoy no pasas”, al tiempo que se quitaba una pulga.

- Mira brother, podría entrar, de acuerdo a lo que dice la Profeco. Veamos que pasa.

Parece que el final no lo escuchó. Me hice para atrás. Prendí un cigarro. Estaba realmente molesto. La perspectiva de tener que pedir permiso a un portero mandrilesco para entrar realmente me molestaba de sobre manera. Me quiero demasiado para eso. Le mandé un mensaje a Esponda diciéndole que me iba a ir. Esponda me habló para decirme que tratara de entrar. Ja, me reí por la perspectiva de humillarme.

En eso estaba cuando de pronto Grillo se materializó a mi lado. Dios, estas transformaciones. Venía acompañado de un tipo que se apodaba “mini”. Estuvimos un rato ahí tratando de entrar. Gritos por todos lados. En eso el Grillo saca sus monedas de $1. Un extraño brillo se notaba en sus ojos. Extraña semejanza con el Grinch. TRAS. Una moneda sale volando y cae en medio de los chimpancés, los cuáles se alborotan y voltean a ver a todos lados. Grillo se camuflajea. TSIIN. Otra moneda sale disparada. Esta vez alcanza en el traje a uno de los primates. Mayor excitación. Los adolescentes se dan cuenta del hecho. Algunos se ríen. Nos escabullimos por diversas posiciones de la cadena hasta que llegamos al extremo opuesto. Estábamos avanzando cuando el Grillo sale volando, y de repente, impulsado por el brinco de sus patas se regresa y le pega un puñetazo a uno de los de seguridad. Lo habían empujado porque no podía salirse del límite. Lo separamos. Teníamos que largarnos en ese momento, pero no me hicieron caso.

Todavía estuvimos ahí 10 minutos más. Grillo se escondía entre la muchedumbre y gritaba a los primates: “Mandriiiil”. Unos pasos más. “Cocodrilooo”. Los primates parecían confundidos. “Somos doooos”. Los primates se volteaban a ver entre ellos. Grillo se revisa las bolsas de los pantalones y no encuentra más que una moneda de $10. Se acerca con el mismo de seguridad con el que se había peleado y se la cambia. Nos hacemos para atrás. Grillo grita a todo pulmón y con la mano estirada hacia la cadena: “Escamaaaaa”. Silencio.
Todos voltean hacia nosotros. La moneda esta en el aire. Los ojos se dirigen a la moneda. Los giros de la moneda cortan el aire. Los chimpancés se congelan. TIN. La moneda cae al lado de Escama.
Un estallido de risas.
Yo me partía de la risa, a decir verdad. Rápidamente Grillo saca otra moneda y se la avienta a Escama dándo justo en el blanco, en su pecho. Jajaja. Las risas se suceden. Nos damos la vuelta.

- Ya vámonos, Grillo –le digo mientras lo abrazo y caminamos a la salida.

Salí volando. No habían pasado ni 5 segundos. Uno de los de seguridad me empuja. Alcanzo a ver con el rabillo del ojo como Escamilla abraza como chimpancé a su presa al Grillo. Todo fue tan rápido. Me incorporé mientras veía como Grillo desaparecía en una horda de 10 chimpancés de seguridad. Me abalancé a donde estaba y traté de rescatarlo. Dos de ellos me sujetan de los brazos y me amenazan con morder. Impotente veía como masacraban a Grillo. Una verdadera masacre. El Grillo todavía alcanzó a dar una patada en los genitales de Escamilla y un puñetazo en la garganta a otro. Fue todo lo que pudo hacer.

Me soltaron los de seguridad cuando Grillo estaba en la otra esquina y después de haberlos amenazado con perder su casa, trabajo y hasta hombría. Me acerqué corriendo a donde estaba Grillo que ya había dejado de ser un Grillo para convertirse en una Mantis religiosa.

- Se van a arrepentir hijos de puta. Se van a arrepentir. Los voy a matar cabrones.

Una sentencia que hacía eco en la entrada. Todo mundo observaba. Se escuchaban los murmullos de los adolescentes que reprobaban la actitud de los chimpancés. Alcancé a Grillo mientras llamaba al 060 para reportar el incidente. Grillo se fue a la enfermería del Cluv mientras yo hablaba con los oficiales en la calle. Lo demás fue tan rápido que lo resumiré así:

Grillo, después de haber sido atendido en la enfermería del Cluv salió y me pidió que lo acompañara a la entrada del Worka. Para ese entonces Esponda acababa de salir del Worka y se había perdido la masacre. Nos paramos en la entrada haciendo una huelga de silencio. Solamente observando a los de seguridad, los cuáles se asustaron tanto que dejaron de pasar gente y se metieron al antrillo. Posteriormente, Escamilla salió a buscar a Grillo para concertar un acuerdo y una paz con él. ¿Qué salió de dicho acuerdo? Es un misterio para todos. Solamente no se espanten o se sorprendan de no ver más a ese portero por ahí…o por cualquier otro sitio.

Grillo fue víctima del Mal Karma. Sin novia, hueveado y masacrado. Y, ahora les puedo decir, hasta perdiendo una apuesta por culpa de sus Pumas. ¿Moraleja? No hagan lo que no les gustaría que les hicieran...o también, si ven que empieza mal, mejor guárdense en sus casas a ver una película, con su novia. Si no hay, pues ya saben...

Acabo de regresar del partido del América y mañana escribiré la reseña al respecto. Baste con decir: 3-2. El America va pa’ campeón, eso lo sabe la Rebel y su pu.. madre que la parió… Como entona el villancico navideño de La Monumental.

18.3.05

DE EJEMPLOS MAMADOS

Recordemos. Johan Cruyff, Pelé, Maradona, Rafael Osuna, Juan Manuel Fangio; todos ellos deportistas de diferentes disciplinas. Todos ellos delgados, no flacos ni físico-culturistas. Delgados. Vamos hasta el Hugo Sánchez o el mismo Charles Atlas –éste último tenía un cuerpo marcado pero no exagerado, era robusto de cuerpo normal–.

Me parece sumamente interesante el giro que ha dado el deporte y su elemento principal (el cuerpo) al paso de los años. Ha dejado de ser primariamente un deporte para convertirse primariamente en un negocio. Atrás los amores por una camiseta, bandera o color; adelante los dólares.

Y es que si hacemos memoria, los deportistas de antes tenían no sólo mayor apego por la institución a la cual representaban –tema que no es de la incumbencia de esta columna–, también tenían cuerpos normales. Normales. No eran cuerpos monstruosos, de dimensiones inimaginables, con brazos gruesos cómo árboles, músculos reventados y cabezas -¿el cerebro también?- chicas. Eran cuerpos delgados, atléticos en algunos casos, formados con ejercicio normal. El culto no era al cuerpo, sino al deporte. El cuerpo era la herramienta del deporte. Tal pareciera que actualmente el deporte es la herramienta del cuerpo.

Los cuerpos se han transformado a formas y tamaños verdaderamente increíbles (espantosos en algunos casos). Los deportistas de ahora son todos con músculos inmensos. Los porteros tienen brazos más anchos que los postes de la portería. Los jugadores con piernas más anchas que el balón en algunos casos. Hasta deportes como el baseball (en el cual los jugadores se distinguen por ser robustos) han sido tocados por el fenómeno. Babe Ruth, el legendario beisbolista, era robusto pero jamás trastocado muscularmente –el argot popular los define como “mamados”, curioso calificativo, la que se han mamado–. El uso de sustancias químicas, drogas de índoles diversas, han generado máquinas en vez de cuerpos. El ideal clásico de cuerpo (recordemos ahora a El David de Miguel Ángel) se borró y parece ser que entre menos se distingan las extremidades mejor. Hasta disciplinas deportivas que jamás fueron consideradas por el cuerpo, tal es el caso del automovilismo, han mamado el ejemplo. Michael Schumacher tiene el cuerpo de un nadador olímpico.

Ha permeado los distintos estratos de la sociedad. El cuerpo de la mujer ha dejado inclusive de ser bello por naturaleza y se ha querido transformar en un palillo de dientes. No digo que esté favor de la gordura –con el respeto de las gorditas que me lean– pero los extremos a los cuáles se ha llevado el culto por el cuerpo son impresionantes. Entre más huesos se le salgan y las piernas más se parezcan a los brazos, mejor. A niveles tremendamente repugnantes han degradado su cuerpo y pasean como grullas a lo largo de una pasarela. Es un reto, entre menos se reflejen en el espejo y mas astillen al abrazarlas, mejor. ¿Es que acaso no se dan cuenta de lo bello que es sentirse realmente abrazado(a)? No es arroparse en un montón de huesos, más bien sentir el calor del otro a nuestro lado…

El culto por el cuerpo ha sido parte de todas las culturas a lo largo de la historia. Los cánones de belleza han representado no sólo el ideal de estética, también los mitos y construcciones de las sociedades. Sin embargo nunca como ahora que en vez de cuidar el cuerpo se le hostiga y fustiga con pesas o falta de comida.

El culto por el cuerpo ha sido trastocado por el mismo conflicto de identidad que aqueja a nuestro mundo. Ya no sólo es quién soy a partir de las pulseritas que use, el nick que me ponga o la ropa que vista, también por el tipo de cuerpo que construya. Irónicamente ningún hombre que haya transformado la historia estaba, como decimos coloquialmente, mamado. Ni Einstein ni Napoleón. Ni Fleming ni Nabucodonosor. Ni Colón ni Hidalgo, García Márquez o Cervantes. En vez de concentrarse en modelar el cuerpo modelaron sus ideales y cerebro.

Es realmente perverso el giro que ha tomado el manejo del cuerpo. Perverso en verdad. Unas “lonjas” de más pueden acabar con la dicha de una mujer. Unos músculos de menos inhiben a muchos hombres. El mismo término “físico-culturista” no deja lugar a dudas: lo más importante es el tamaño y la forma de tu cuerpo. Los gimnasios están repletos de hombres y mujeres infelices con su figura y el reflejo del espejo. El verdadero deporte está en el campo.

Todavía en los 70’s y mediados de los 80’s los deportistas eran “normales”. Curiosamente, por aquellas épocas todavía existían ídolos a seguir: desde políticos hasta guerrilleros. Hoy, que sufrimos por la falta de ideales y hombres que los enarbolen, levantan la mano vedettes como Beckham. El nuevo ídolo es un hombre que juega a ser modelo y pretende ser vendido como un gran jugador, cuando realmente lo que vende son piñas. Gran jugador no lo es. Pero eso sí, ¿Qué tal la mercadotecnia detrás? ¿Qué tal el cuerpo y los peinados? Tristemente los ídolos de hoy no enarbolan ideales y mucho menos esperanzas de un pueblo…enarbolan un corte de pelo, piercings y tamaño del cuerpo, escuchan "rebelde" y se van de shopping.

Definitivamente en gustos se rompen géneros, canta el famoso refrán. Pero me parece que el gusto ha rebasado el género de ficción y se ha convertido en un culto, no por la belleza y lo estético, sino por lo grotesco y fugaz. No olvidemos que el cuerpo dura pocos años firme. No olvidemos que la verdadera belleza no está afuera, sino adentro, en el corazón y la cabeza. No olvidemos a Dorian Gray. De ejemplos mamados se va construyendo el mundo, pero siempre existe un límite. Debe existir un límite. ¿Cuál es el límite?

Yo, sinceramente, sigo prefiriendo a una: chaparrita, cuerpo natural (con sus curvas naturales y cadera femenina) y saludable. No con medidas exageradas. Tan sólo que sea y tenga lo que es ella y nada más.

15.3.05

Días raros

Hoy fue uno de esos días raros. Martes. Tan raro como lo resulta esta columna en la cual no trato un tema en específico, sólo platicar mi jornada. Raro en verdad.

Pues primero que nada el inicio climatológico. Lloviendo en estas épocas, todo el día y desde la noche anterior. Dios. Ni ganas de estar en la escuela, mejor escondido en mi cama. El estacionamiento de la UIC vacío a las 7 am, para escoger lugar. Después mi primera clase a la cual sólo asisten 6 personas de 29...Después Segoviano muy linda me habla porque me necesita ver, le digo que la veo en la cafetería de la UIC (siempre estoy en los parasoles, pero hoy llovía en la mañana). Llega y me da una cajita muy mona repleta -y cuando digo repleta es REPLETA- de moneditas de 10 centavos (dato cultural, las colecciono desde hace 4 años y medio) la cual agradecí infinitamente ¡Qué buen detalle pensar en mí, entre tantas personas, y hacerme un regalo tan pensando en la persona, ja!

Después me salgo de mi última clase para llegar a tiempo a la oficina y veo a una niña que está tomando fotos de mi coche. Si, escucharon bien, tomando fotos de mi coche, de mis placas...Es una tipa que me acosa (una de tantas jajaja) y no se como demonios consiguió mi dirección, número de teléfono...En verdad es horrible, en cualquier momento siento que depositará la cabeza de uno de mis perros en una bolsa de papel estrasa y pegará notas en la ventana de mi cuarto...en el 3er piso. Total que casi le miento la madre, con estas palabras. Estaba sumamente enojado. Me metí a la camioneta y me arranqué. Mañana hablaré seriamente con ella y le pondré un alto. Después, saliendo de la UIC, una tragedia. Los tipos de Odontología no se cansan de ser los salados de la universidad, entre secuestros, accidentes, muertes, choques, hoy uno más se suma a la cuenta; desafortunadamene atropellaron a un hombre en la entrada del estacionamiento: sangre, cristales, policías...Le hablé a un amigo que es paramédico de la UIC y me fui. Espero todo haya terminado sin nada que lamentar.

A la oficina. Mucho trabajo. Me peleé con mi jefe que piensa que por ser el jefe tiene la razón. El problema no fue ese sino que me echara la culpa a mí y me tratara de hacer ver como un verdadero zopenco. Un pendejo, vamos. No aguanté más y le enseñé los papeles, le recordé enfrente de los que estaban ahí sus órdenes y le pedí de favor que para la próxima tuviera más cuidado a la hora de referirse a los demás, porque una cosa es llamar la atención y otra insultar. Jajaja, pensé que ahí perdía la chamba pero no me importó. Increiblemente se quedó callado. "Con tu permiso tengo que terminar unas facturas y realizar el inventario" dije y me fui. Terminé con suma eficiencia todo y me fui. Por supuesto por negligencia jamás tendré problemas aunque hoy perdí un poco la calma. Creo que no pasó de ahí. Estoy casi seguro. Mañana les digo si me sumo de nuevo a la lista de desempleados jajajaja.

Después me habla mi querido amigo, Abascal, para decirme que casi lo corren de la chamba. Pues lánzate para allá. Nos fuimos a tomar unas cubas al Bahía de Vigo y todo bien. No perdió la chamba y además conocí a un editor que igual y realizamos un conecte para publicar en su revista, suena muy bien. Salí un poco entonado (porque además no había cenado) y mareadón. Llego a mi casa hace un rato, a las 11:10 y me encuentro una nota en la puerta que dice: PARA LUIS VARGAS, CASA 4. La abro y leo: Gracias por brindar tanto en una sola persona, tú. Dios. ¿Alguien me puede responder quien fue? En verdad eso es un baja pedas tremendo, que cocktail ni que mis bolainas. Porfa, no se vale esto del anonimato, no me agrada, se me hace falta de valor. En verdad. Esconderse en una letra o en un nick.

Una brevísima reseña de mi día ¿Qué falta? Espero mañana las cosas sean más cotidianas. sin accidentes, ni acosos, ni cartas anónimas ni peleas de ningún tipo. Los dejo para que lean el poema y la crónica.

14.3.05

BARBARIDADES

Barbaridades

En verdad resulta tremendamente difícil arrancarte de mi cabeza.
No es que pretenda olvidarte ni mucho menos,
se que jamás lograría hacerlo.
Tan sólo pretendo arrancarte de mi mente,
no de mi memoria.
Pretender que cada paso que doy no es por ti, si no por mí
y que mi sombra no es otra cosa que yo mismo a la expectativa.

En verdad resulta tan difícil arrancarte
puesto que mi vida se volvió la tuya.
Mi hábito fue vivirte y recrearte día a día,
bebiendo tu mirada y respirando tu palabra.
Construí un mundo para los dos en el cuál la felicidad
se expresaba mediante la conjunción de tu nombre y el mío.
Realmente te amaba y me doy cuenta de cuánto te amo.

Resulta tan difícil porque adonde quiera que voltee estas tú.
Adonde quiera que vaya me persigue
tu fantasma implacable.
Duermo con tu fantasma y beso
el olor que dejaste en mis almohadas.

Para arrancarte tendría que quemar tus fotografías pegadas a las nuestras.
Desaparecer todos aquellos regalos
que nos ofrendamos a lo largo de los años.
Pintar el cuarto y seguirme con la casa,
para así no asociar cada color con un momento en especial
que disfrutamos juntos. Arrancar las cortinas,
cómplices malvadas, testigos mudas
de tu andar hipnotizante a lo largo de mi alcoba;
aventar la pluma, romper el papel.
Tendría que abandonar mi casa, coche y vida
para empezar una nueva; bañar mi cuerpo en el Ganges
e irradiarlo para borrar los besos que marcaste en él.
Tendría que cambiar las sábanas y enterrarlas allá,
donde muere el sol.

En verdad resulta tan difícil arrancarte de mi cabeza
puesto que vives en ella.
Te fuiste porque quisiste y lo pediste
pero realmente no lo hiciste.
Tu cuerpo se fue pero tu alma se quedó
dentro de mí.
El paso del tiempo ha hecho tan difícil
la diaria convivencia al grado de querer cobrarle renta,
sin embargo, así como tú, siempre logra encontrar
el momento de hacerse a un lado con una mirada
y un beso que sosiegue mi alma.

En verdad es terriblemente difícil amanecer
pensando que quizá, quizá este sea el día que aparecerás.
Porque resulta que te amo y mi vida se ha atado a la tuya.
Sé que en el fondo lo hiciste tú también con la mía
pero te empecinas en verificar que puedes ser sólo tú.
Indudablemente puedes ser sólo tú,
siempre fuiste sólo tú.
La diferencia es que en el tú-yo el camino era más largo y bello,
mientras que el otro no lo es tanto.
Ni tan largo que te dure la vida entera
ni tan bello que te haga despertar alborotada
buscando mi pecho y mis brazos para recostarte en ellos.

En verdad me resulta imposible arrancarte de mi cabeza,
no sólo por todo lo que te acabo de decir,
también porque al pasar del tiempo
se demostró que no era una costumbre,
que era una vida.
Que no sólo no puedo, no quiero.
Que no era una rutina, era un estilo de vida.
Que no eras tú ni era yo, éramos los dos.
Que entre todas las personas mezcladas
en la multitud mis ojos son guiados
por el corazón para encontrar tu mirada.
Que realmente te amo
y ni mis sábanas ni mi cuerpo me ayudan a vivir en la distancia de ti.

When I need you more than ever, 12 marzo ‘05
Luis Benjamín Vargas Gómez

12.3.05

De viajes en microbús por tierras folklóricas

“Entre más naco más chido”. Así fue como inició todo. Estaba en los parasoles de la UIC, el martes, aprovechando mi única hora libre, cuando Armando Kurczyn se acercó a mí y me entregó una invitación para su próxima fiesta de cumpleaños. La invitación decía:

Entre más naco…Más Chido
Cover 70 varos*
Contiene: Pista disco, Tecno-cumbia, country y toro mecánico
Rodeo Santa Fe, Viernes 11 de Marzo.

*Nótese el uso de la expresión varo en vez de pesos, de esta forma el caló va ad hoc al lugar al que estás siendo invitado.
La invitación se encontraba decorada con elementos western, tipografía estilo western y combinado con el lema de su invitación junto con la expresión de Kurczyn –que irradiaba un optimismo de esos fantasiosos– hacía que la situación realmente pintara bien. Total me comprometí a ir.

El problema principal fue “¿Qué demonios voy a ponerme?” No me pensaba disfrazar de vaquerito porque lo consideré un poco fuera de tono y además no me iba a ir al trabajo vestido de cowboy, si no me corrían por lo menos me ponían a estacionar coches. Al final logré combinar la indumentaria con botas. ¡Oh botas! Elemento diferenciador y característico que desde un gato hasta un presidente las usan. Resulta verdaderamente fascinante como unas botas te puedan hacer encajar en un estereotipo, aunque combinadas con unos pantalones acampanados y una camisa blanca, realmente era una mezcla de los 70’s con un vaquerito. Cabe resaltar que mis botas no eran de charol. Repito, no eran de charol. Al fin dieron las 8 de la noche. Salí volando de la oficina porque ya me estaba esperando Ro en mi casa.

- Una compañía segura y agradable para un lugar indómito y desconocido –pensaba mientras llegaba a mi casa–. Todos van a ir de parejas y yo sería el que se quedaría volando por la mesas expuesto a que se me acerquen dos que tres vaqueritas tlalnepantlenses y me suban al toro.

Al tiempo que agradecía la fortuna de contar con Ro, me enfrentaba a un tráfico apocalíptico en Insurgentes –¿no les parece que cada día esta menos transitable Insurgentes?–. Para no hacer el cuento largo llegué a mi casa 10 minutos después de lo previsto; Ro estaba esperándome muy linda y modosita en la sala de mi casa. Agarré mis cámaras, me despedí de mis padres y nos trepamos a la Aztek. El inicio cada vez estaba más cerca.
Aprovecho para comentar (puesto que no lo he hecho todavía) que el festejo tenía un toque especial: el trayecto lo íbamos a realizar en microbús. Si, Kurczyn había rentado un microbús de ruta, color verde pistache con blanco, con un chango agresivo al volante y dos babuinos por escolta que van entonando su grito de guerra: “Suuuuuuuúbale suuuuuúbale, La Joya, Perisur, Revolución, San Ángeeeel, ¡súbale hay lugares!”. El punto de partida era la casa de Kurczyn y de ahí hasta el Rodeo.

Llegamos a casa de Kurczyn –después de dar vueltas por la colonia tratando de encontrar lugar– y de ahí partimos como a los 15 minutos. Por supuesto yo ya había prendido mi cámara de video-espía y mi cámara de fotos iba dando flashes por todos lados. Jajaja, esas evidencias después valen oro. Nos subimos al microbús (apañando lugar, por supuesto, de lo contrario nos tocaría ir colgados del grasiento tubo) y partimos al descubrimiento de aquellas tierras folklóricas que sólo habíamos escuchado nombrar por los relatos de viajeros aventureros que se adentraban por aquellos lares y contaban que no todos lograban regresar. El microbús gritaba con la música de Banda El Recodo y la cerveza y papitas volaban por todos lados. Jamás en mi vida había olido un microbús tan bien como aquella vez, no era una mezcla de sudor rancio con verduras y perfume barato, más bien mezcla de lociones italianas con perfumes franceses. Todo un cuadro.

Mi preocupación comenzó cuando dejé de encontrar familiaridad con el paisaje. Los grandes edificios se empezaron a convertir poco a poco en vulcanizadoras y los restaurantes en abarroterías. A lo lejos una luz roja cortaba la oscuridad de la noche –no porque estuviera muy oscuro, más bien porque no había mucha iluminación–, el letrero rezaba: Rodeo Santa Fe. El microbús se empezó a alborotar (para estas alturas todo el microbús ya era un solo ente con vida propia) a sabiendas de que por fin arribábamos al puerto esperado. Entramos por la puerta grande, por el valet parking. Mientras los demás bajaban de sus coches, uno de nuestros babuinos personales gritaba: Tsss, llegan 40 para el rodeoooo –pronunciar con tono “chale”–. Yo alucinaba. No sólo por lo divertido y nuevo de la situación, también por que la gente aquí es 6 tonos de piel más oscura que en nuestras tierras.
No me amedrenté y llegué a la taquilla a pagar el peaje tasado en estas tierras.
Tomar fotos aquí resultó un poco más difícil, en parte porque parece que los lugareños no están acostumbrados a ver cámaras y se cruzaban enfrente de la fotografía y en parte porque quizá pensaban que era algún artilugio demoníaco creado por las mismas hordas de Tezcatlipoca para acabar con el último reducto tolteca de la región. No lo sé. Mis movimientos eran sumamente cautelosos y mi lenguaje también, no fuera a ser que me agarraran hablando en cristiano y me inmolaran a algún dios pagano.

BIENVENIDOS AMIGOS Y SOCIOS

Rezaba el cartel de la entrada. Con sus luces azul neón era una mezcla del Hotel California con The sounds of Silence.
Entramos.
Mi primera molestia fue que me confiscaron mi cámara de video. Pensando que sería el ojo de Huitzilopochtli prefirieron ponerlo a resguardo –sometiéndola a rezos de sus sacerdotes paganos– y yo me quedé sin mi más valiosa herramienta puesto que no me quise mostrar muy insistente, no fuera a ser que siguieran inmolando cristianos por estos lugares.
Nada más entramos a la pista y que empieza a sonar “No rompas más mi pobre corazón”. De pronto toda la pista estaba atestada, pero no como esas pistas de boda en que se llena por ser muy poco espacio…Aquí era una pista del tamaño de una alberca olímpica repleta de humanos bailando. No menos de 200 contarían mis ojos. Preferí hacerme a un lado cuando empezó “Payaso de Rodeo”, no fuera a ser que terminara como payaso atropellado. Solamente Aldo y Gus me secundaron. Los demás ahí estaban, desde Ro que daba brincos por todos lados hasta Segoviano que hasta la blusa se había abierto –jajaja por supuesto llevaba un halter debajo–.
El tiempo pasó. Pedimos una botella de Bacardí entre 4 personas y nos trajeron 5 refresquitos, de esos de ampolleta. Aldo pareció no importarle y se la metió como si fuera agua bendita, directa y sin refresco. Andrés y Yo nos persignamos y tratamos de ahorrar la mayor cantidad de refresco. Priscila parecía realmente preocupada y nada más mentaba madres por la falta de refrescos y que ella no podría seguir tomando así. Jajaja, al final pareció no importarle y se terminó la botella.
En eso estaba cuando el sonido local nos invita a pasar al rodeo. Me paré inmediatamente puesto que la música seguía sonando de la misma forma y con el mismo ritmo desde hacía una hora y ya me estaba aburriendo. Llegué al ruedo y tomé asiento. La expectativa se sentía en el ambiente. Todos los invitados por Kurczyn nos sentamos juntos –como buenos misioneros por tierras desconocidas– y tratábamos de descifrar lo que vociferaba el sonido local. Nadie entendía nada. Estaba ecualizado de manera espantosa y el volumen tremendamente alto. Estaba tratando de entender que hacía yo ahí, respirando estiércol de toro y aliento de tlalnepantlense, cuando alcanzo a distinguir: “Solicitamos a 5 parejas, hombre y mujer, para el concurso…” Me empecé a poner inquieto. Aquellos que me conocen saben que necesito muy poco para que me piquen y quiera competir. Me decidí en el momento en que Faico y Sodi se pararon a concursar. “Vámonos” me dije a mí mismo mientras me paraba y tomaba de la mano a Ro.

- Ro, ¿vas a concursar conmigo? ¿Si?

Como si aquello fuera una petición de última hora, Ro se paró y con un asentimiento de cabeza empezó a bajar las gradas conmigo. Yo iba realmente nervioso y emocionado. Mientras bajaba alcancé a escuchar el comentario de unos lecheros hacía mí: “tsss, che fresita, ni vas a ganar k”…Ya estuvo. Incentivo directo a mi orgullo.
Entramos y tomamos lugar en medio del ruedo. A un metro de mí tenía un toro que me observaba melancólicamente. El concurso consistía en que la mujer tenía que beberse una cerveza de golpe, dar 10 vueltas alrededor de un bat, tomar al hombre de los pies mientras lo empujaba como si fuera carretilla a lo largo del ruedo. El hombre a su vez, caminando de manos, al llegar al extremo opuesto tenía que beberse su cerveza correspondiente, dar 10 vueltas y cargar a la mujer en sus hombros y correr al otro extremo.
Éramos la pareja número 5. Faico había establecido el mejor tiempo hasta el momento: 1 minuto 29 segundos. Me volteé a ver a Ro, la tomé de las manos y le dije: “Tómate la cerveza en friega, no respires. Tú confía en mí cuando te cargue.” Nos toca.
Ro se empieza a tomar la cerveza. Muy bien. Yo me arremangaba al tiempo mi camisa mientras volteaba a ver a Segoviano para que me tomara fotos. Me puse de 4 patas esperando a Ro que ya iba dando vueltas alrededor del bate. Zaz, me toma de las piernas. Corrimos. Realmente íbamos muy rápido.

- Óoorale hijos de la chingadaaaa” -gritaba el honorable presentador- ,“chiiiíngate la cerveza de un solo, que vas ganando weeey”.

Llegué a la cerveza. No me la tomé, la desaparecí. Me la tomé rapidísimo. Aventé la botella a la arena y empecé a dar vueltas. “8, 9, 10”. Dios. Estaba mareadísimo. Me pongo en posición y Ro se trepa en mis hombros. “Concéntrate en el toro del fondo, cabrón” me decía a mí mismo. Ya tenía práctica en esto de cargar, siempre me gustó cargar a Silvia aunque no siempre se dejara. Empecé a correr, mientras aferraba a Ro. Ella, por su parte, no dejó de perder el estilo. Con una mano se agarró de mi cuello y con la otra sus pantalones por detrás. Carajo. PUM. 1 minuto 3 segundos...

Yo estaba verdaderamente alucinado. La emoción me embargaba. Entre risas y felicitaciones de Kurczyn y Faico que también había concursado yo sólo trataba de enfocar mi vista., afectada por las cubas previas y las cervezas mareadoras. Abracé a Ro mientras le decía: “Gracias, ya ganamos” jajaja. Saben que me tomo muy en serio las cosas y que si bien no soy un mal perdedor, no sé perder. Al final ganamos. La última pareja hizo como 5 minutos. Nos entregaron el premio, una cubeta inmensa llena de cerveza. Verdaderamente inmensa. El resto de la noche pasó increíblemente bien. Entre felicitaciones, bailes y risas nos dieron las 2 am. Hora de pagar y de ir.

Al final terminé haciéndome cargo de la cuenta mientras Andrés se devoraba a una japonesita que estaba por ahí, Aldo se reía alcohólicamente y Priscila brindaba con su última cuba. ¡Quién me manda a ser el sobrio al final, Dios mío! Terminé poniendo de más y completando la propina. Para esto, los únicos que me esperaban eran Rothschild, Faico y Ro, los demás ya se habían ido a nuestro Pullman último modelo. Me trajeron mi tarjeta –además estaba estrenando la nueva tarjeta que me habían entregado en el trabajo– y corrimos.
El viaje de regreso fue diferente. Ya todos se conocían y muchos habían hasta emparentado, jajaja. Quienes al inicio iban separados ahora iban besándose todo y más. Otro iban durmiendo (incluyéndome) y otros tantos cantando. De viajes en microbús por tierras folklóricas que llegan a su fin cuando arribamos a casa de Kurczyn y todos para su casa. Bueno, yo propiamente no me fui a mi casa puesto que tenía que pasar a dejar a Ro a su casa. De regreso de casa de Ro, rumbo a mi casa, seguía remembrando el día. Lo más notable es lo escrito aquí. Tantas cosas pasaron que sería una crónica en exceso larga de contar. De por sí…

P.d. ya puse más fotos ah, y gracias por los cuestionarios que he recibido. Sigo esperando nuevas contestaciones.

9.3.05

12 cosas para hacer en un supermercado

En estos momentos me encuentro escribiendo una columna acerca de nuestro mesiánico Jefe de Gobierno y redentor de vías públicas, Andrés Manuel López Obrador, y sinceramente me falta un poco. Mientras tanto les dejo esto, como otras veces, para variar un poco y que tengamos algo más de que sonreirle a nuestra vida. Ahí me invitan para intentarlas juntos...

12 cosas para hacer en un supermercado

1. Consigue 24 cajas de condones y colócalas al azar en los carros de la gente cuando no miren.

2. Programa todos los despertadores de la sección HOGAR para que suenen en intervalos de 5 minutos.

3. Haz un rastro de jugo de tomate en el suelo camino de los sanitarios...

4. Acércate a un empleado (preferentemente uno de los estereotipados con lentes, dientes salidos y barros en la cara) y dile en tono serio: "código 3 en hogar" y observa la reacción.

5. Monta una tienda de campaña en el departamento de camping y diles al resto de los compradores que solo les invitas si traen almohadas del departamento de Blancos.

6. Cuando se te acerque una dependienta y te pregunte si te puede ayudar, empieza a llorar y pregunta: ¿por qué no me pueden dejar en paz?

7. Mira fijamente a la cámara de seguridad y utilízala de espejo mientras hurgas en tu nariz.

8. Mientras miras pistolas y cuchillos de caza pregúntale a la dependienta si sabe donde están los anti-depresivos.

9. Anda por el supermercado de forma sospechosa mientras tarareas en alto el tema de Misión Imposible.

10. Escóndete en los percheros y cuando la gente este echando un vistazo grita "Oh, si! Hazme tuyo!"

11. Cuando haya un aviso por microfonos ponte en posición fetal mientras gritas "otra vez las voces".

12. Metete en un probador y grita muy alto : eh, no hay papel !!!!

Jajaja, ¿que tal? ¿Les gustan mis recomendaciones? Probablemente hoy en la noche publique mi columna hereje acerca del tabasqueño mesiánico.
Por cierto, esta vez recibí pocos comentarios al respecto de ME OVER MYSELF...Me pregunto el por qué. Aprovecho también para aclarar la confusión: Ya participé por segunda vez en el Rival más débil, fue el martes de la semana pasada. Mi programa saldrá este sábado o el siguiente.

7.3.05

Actualizaciones

Acabo de subir más fotos, ahí métanse y revísenlas. Aprovecho también para agradecer los últimos comentarios, sobretodo el de Machado (¡muy buen comentario Maka!, en verdad). Ah, y antes de que se me olvide, sigue el cuestionario en los links, y yo sigo esperando respuestas. Los dejo para que sigan leyendo, puesto que he pegado mucho, incluyendo lo del Rival más débil.
POR CIERTO, GRACIAS, EN UN MES YA SOMOS 607 VISITANTES...Espero este número crezca tanto como el interés a la página misma. Hasta luego!!!

4.3.05

Me over myself

Me over myself

Nada de lo que se verifica se pierde para la historia…Sólo la humanidad redenta toca plenamente su pasado
Walter Benjamín

Regresamos tan sólo para lamentarnos, mirar con añoranza y postergar el camino. Regresamos cuando no sabemos adonde mirar y tenemos miedo de mirar adelante prefiriendo voltear atrás. Regresamos porque tenemos que regresar, sin embargo no regresamos como deberíamos de regresar, tan sólo regresamos. Regresamos pero eso no significa que sea la forma correcta de regresar. Siempre hay formas de caminar, mirar, comer y amar.

Dicen que el pasado, pisado. Puede que sea cierto. Cierto sólo en la medida en que lo tomemos como referente –de otra forma pareciera una tortura– y no como un pasado vivo que nos aceche en las noches y nuble nuestros días. El pasado, pisado, si y sólo sí no lo borramos y lo guardamos como archivo siempre accesible, siempre a la mano; puesto que sucede que hay pasados que dejan de ser accesibles y se hunden en un pozo eterno. Desfase de realidades y entendimiento.

El pasado está lleno de experiencias –como solemos llamarle indulgentemente a nuestros errores y traspiés– que resultan no ser tan experimentadas. El hombre es el único animal que se tropieza con la misma piedra dos veces. Algunas por olvido, otras por cerrazón y otras por amor. Pero nos tropezamos e invocamos a la experiencia que nos auxilié cuál esfera gitana y nos diga qué hay que hacer. Aunque quizá la palabra exacta no sea tropezar –una acepción peyorativa que implica desmoronamiento y el gusto humano por el vértigo–, más bien prueba. Prueba, para ver que tan preparados estamos para enfrentar el obstáculo que se nos presenta. Prueba, para ver si aquello que lloramos ayer nos sirve para sonreír hoy. Les gransperes ont toujours tort.1

Retornamos porque necesitamos hacerlo. No tenemos otro lugar al cuál recurrir y abrimos la casa de la nostalgia, inhalando el aire de la melancolía. Sin embargo siento que si realizáramos un buen retorno las cosas serían diferentes. Y no hablo de uno en cantidad, si no uno genérico. Un eterno retorno –anunciado antes por Nietzsche– que nos llevará a seguir haciendo camino, no retomar por el que íbamos, puesto que es imposible, si no hacer otro camino, y así sucesivamente en busca de cerrar nuestra fractura ontológica y encontrar respuesta no sólo a nuestras preguntas, si no a nuestro ser. Un eterno retorno que nos permitiera caminar como trepando un roble de magníficas dimensiones y tratar de llegar a la punta de la copa, sin que algún día lo logremos, pero lleguemos a estar lo más cerca de alcanzarla.

Pareciera tremendo saber de antemano que nunca lograremos a alcanzarla, pero, si lo lográsemos no habría motivo para seguir viviendo y perderíamos todo sentido de nuestra existencia. Afortunadamente tenemos un seguro de vida que nos impide alcanzar el final del camino, la respuesta y la solución al malestar: la muerte. Nuestro seguro de vida. Por que no hay vida si no hay muerte y no existe principio sin un fin.

Pero ¿qué es la fractura? Sin tratar de ahondar más en el tema –que no es propiamente lo que nos incumbe en el momento–, la fractura, entre otras cosas, me obliga a buscar al Otro y, así, sospechar que podría cerrar mi fractura (aunque esta nunca vaya a cerrar) a partir de la compenetración. No somos una unidad, estamos fragmentados (ya por la enajenación ya por la alienación) y la conciencia la recreamos como elemento “cohesionante”; me ayuda a mirarme como ser fracturado y, a partir de ahí, actuar. Llegar a la praxis liberadora. Llegar a un proceso. Llegar a la Revolución (la cual viene a ser la praxis de la idea) que no sólo es causa, sino también efecto. A la Revolución que no sólo me confronta conmigo mismo a partir de la explotación, sino principalmente desde la enajenación y la alienación para romper con ellas dos.

Si no fuésemos finitos y, además, fracturados, en efecto ahí termina la dialéctica esclavizante. Pero como dije antes el malestar es permanente. El malestar es infinitamente resimbolizado. El malestar sigue y seguirá porque lo que me molesta no sólo es el malestar, sino el sonido mismo del malestar. Me molesta y me perturba saberme mortal y no poder alcanzar a apagar el sonido del silencio. Ese silencio que me clausura y me perturba. Ese silencio que me susurra y después me grita que soy culpable y necio. Ese silencio inherente a mi condición humana. Ese malestar lo recreo. El que cambia soy Yo. Antes, durante y después de la Revolución. Al final, de una u otra forma, retornaré al malestar, que no es el mismo, a partir de mí mismo. Cambió mi resignificación. Aunque el malestar siga siendo el mismo.

La fractura me hace ver a tus ojos y verme reflejado en ellos. Me hace correr hacia ti y abrazarte desesperadamente, desgarrar mi alma en un beso. Nos hace buscar la completitud con la otra persona y evitar pensar en el final, tratando de inmortalizar nuestras vidas en ese amor. Tratando de solucionar la separación primigenia y encontrarle sentido a nuestro nombre impuesto y condenado.

Dicha fractura va de la mano con el malestar –que, como he dicho anteriormente, lo podemos entender como el “sabernos finitos”– y empezamos a recrear todo un mundo de dioses, vírgenes, pegasos, soles y zodiacos. Recreamos todo un cosmos de metáforas para poder satisfacer nuestra soberbia inepcia de no aceptarnos como seres mortales que dejan su lugar para otro más. Somos tan humanos que no dejamos de sorprendernos día a día.

El eterno retorno surge como alternativa para lograr aliviar el escozor que provoca el malestar en nuestro corazón. El eterno retorno surge como posibilidad. Posibilidad de ser lo más cercano al ideal de ser del hombre. Sin embargo, ¿Cuántos verdaderos retornos hemos realizado? ¿Cuántas veces hemos sido conscientes de nuestros errores, de los daños realizados y las heridas inflingidas y autoinflingidas? ¿Cuántas veces hemos mirado al pasado no en busca de un refugio o de rencor, si no en busca de concienciar? ¿Cuántas veces vemos al pasado no sólo con ojos melancólicos, también con ojos reflexivos e imparables? Cada uno de nosotros podríamos respondernos esas preguntas…

Si realmente aprehendiéramos la historia no sólo nuestras vidas serían diferentes; nuestra sociedad lo sería también. No invadiríamos Rusia por segunda vez en invierno ni nos iríamos a parar bajo la lluvia con una rosa en la mano, no desearíamos aquello que nos atormenta y construiríamos esferas en vez de rascacielos. Nombres encerrados en un círculo perfecto. Corazones en vez de cuadrados. Si realmente aprehendiéramos nuestro retorno interminable, plantearíamos con desarrollo, presente desde el inicio del texto, sin presuponer.

Abandonemos nuestro miedo a reconocer nuestros errores. Terror a ver nuestras cicatrices y besar las del otro. Nuestra soberbia para ofrecer una disculpa y seguir caminando. Abandonemos la funcionalidad y mercantilismo de nuestras vidas que nos hacen perder la metáfora. No olvidemos que la metáfora nos permite explicar el mundo y relacionarnos con ella/él. Actualmente vamos perdiendo nuestras metáforas y nos acercamos vertiginosamente a la práctica (voraz) funcional. Dejamos de comulgar y empezamos a ser caníbales prácticos. Se va perdiendo la metáfora y va refulgiendo la psicosis. Vamos perdiendo la fe y esperanza y creemos más en un vestido y tarjeta de crédito. Vamos olvidando la bella Tenochtitlán y nos adentramos a la tenebrosa New York.

“Todo aquello que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal”, dijo Nietzsche. Interesante retornar con amor para regresar con aún más amor en el alma, ojos y corazón.

En un momento del retorno, 04 marzo 2004

Luis Benjamín Vargas Gómez


1 Los abuelos siempre se equivocan. En el francés, el original. Retomado de De Profundis, de Oscar Wilde.

1.3.05

Giros y capicuas de la vida

Cabe resaltar y para entender posteriormente lo poco que tengo que decir en este momento, que mi edad es capicúa, algo que sucede muy pocas veces a lo largo de nuestra vida, dependiendo que tan lóngevos resultemos ser. 22 años. Pero más adelante trataré al respecto.

Acabo de regresar de El Rival más Débil. ¿El resultado? Lo dejaré como incógnita para que vean el programa, jajaja, para que todo se mantenga en suspenso. Esto lo hago así porque la vez anterior todos ya sabían como había terminado el concurso y algunos ya ni vieron el programa o no se emocionaron. Esta vez será diferente. Creanme. Es y fue muy diferente. El programa saldrá al aire en 2 o 3 sábados. Pero seguro saldrá en marzo.

Bueno, desde los fríos que aquejan mi habitación y con programas en la cabeza, me despido.
Un beso y un abrazo,

Luis